Impostando las consignas del movimiento independentista de Cataluña en España y usando como referencia la salida del Reino Unido de la Unión Europea, la grieta política en Argentina tiene un nuevo concepto sobre el que seguir cavando trincheras: el separatismo.
Dirigentes de la provincia de Mendoza (centro-oeste) —donde gobierna la Unión Cívica Radical (UCR), el partido de oposición a nivel nacional— se sumaron a la campaña en redes sociales #MendoExit, un obvio guiño al Brexit, en lo que sería algo así como "Mendozalida".
Las críticas llovieron sobre Cornejo para resaltar la imposibilidad de que una provincia pueda escindirse dentro de un régimen federal, estipulado por la Constitución.
La provocación de Cornejo se da en el marco de la disputa política partidaria de la administración mendocina, encabezada por el gobernador radical Rodolfo Rudy Suárez, con el Gobierno nacional, pero tiene como disparador la pelea por la continuidad del megaproyecto Portezuelo del Viento, que incluye la resistencia de las autoridades de las provincias de La Pampa, Río Negro, Neuquén y Buenos Aires.
Portezuelo del Viento, "la obra del siglo"
"Portezuelo del Viento es una obra que se viene pensando desde mediados de los 50 y cuyos primeros estudios se hicieron en 1968. Es una central hidroeléctrica que se planifica sobre el río Grande, en el sur de Mendoza", dijo a Sputnik el diputado provincial mendocino Jorge Difonso.
Con el paso de las décadas el proyecto no se concretó por diferentes motivos. Necesitaría de una inversión superior a 500 millones de dólares, por lo que en Mendoza es llamada "la obra del siglo", con la capacidad para abastecer de energía eléctrica a más 130.000 hogares, además de obtener más agua para riego.
Durante su período como gobernador de Mendoza, Cornejo, cuya fuerza política estaba entonces aliada al Gobierno nacional del expresidente Mauricio Macri (2015-2019) en la coalición Cambiemos, se hicieron avances para la licitación se realizara este año.
El principal conflicto de intereses se da porque el río Grande es el principal afluente del río Colorado, cuyo caudal continúa su curso hacia otras provincias. Aunque, como sucede siempre en Argentina, todo tiene también un condimento político.
"Estas provincias conforman el COIRCO (Comité Interjurisdiccional del Río Colorado) y las otras cuatro con excepción de Mendoza, gobernadas por referentes de la fuerza política oficialista, han demandado nuevos estudios de impacto ambiental porque ponen en duda cuánta agua les llegará cuando la obra esté en marcha. La Pampa es la que tiene más conflicto porque ya tiene una disputa con Mendoza por las aguas del río Atuel, que comparten", contó Difonso.
Tras la construcción del embalse El Nihuil en 1941 para aprovechamiento de aguas para riego en Mendoza, la merma del caudal del río Atuel causó que se sequen sus ramificaciones en La Pampa, lo que provocó que el área conocida como Bañados de Atuel se transformara en un desierto, con graves consecuencias ambientales y desplazamientos poblacionales.
Las autoridades mendocinas aseguran que cuatro universidades nacionales ya han aportado informes medioambientales sobre el proyecto en el pasado y que el curso y el caudal de agua no se vería afectado en ningún momento de su construcción ni posteriormente.
El Gobierno de Alberto Fernández parecía acompañar el plan de obra cuando, a principios y finales de abril, transfirió a la provincia la segunda y tercera cuota, por 14 y 16 millones de dólares, para su puesta en marcha.
Los desembolsos fueron fuertemente cuestionados por la dirigencia peronistas de La Pampa, que lo calificó de fuego amigo, y criticó la decisión en un contexto de emergencia económica y sanitaria.