De hecho, el Ministerio de Defensa de Rusia incluyó en sus planes hasta el año 2027 el desarrollo de un caza de despegue vertical. Según lo comentó el vice primer ministro, Yuri Borísov, este avión se basará en el Yak-141 soviético.
El Yak-141 se fabricó para ser emplazado en los cruceros portaaviones, de los cuales se planeaba construir siete unidades. Su principal misión sería la defensa aérea de los grupos de portaaviones, así como para alcanzar la superioridad aérea y para eliminar blancos terrestres y marítimos.
Su antecesor, el Yak-38, no funcionaba para estos fines porque no estaba dotado de un radar y tenía un armamento muy ligero, además de un radio de vuelo muy corto.
La nueva aeronave cumplía con las exigencias que se le presentaban. La planta motriz consistía de tres motores: uno principal junto con dos más pequeños usados para el despegue y aterrizaje vertical.
La tobera era capaz de girar 95 grados, por lo que el avión podía despegar tanto de una manera convencional, como verticalmente o en una pista corta. Sin embargo, esta no era la única tobera que se empleaba durante los despegues y aterrizajes.
Los motores tenían un empuje total de 23,7 toneladas, lo que le permitía despegar verticalmente con un peso total de más de 15 toneladas. Curiosamente, el F-35 no es capaz de despegar verticalmente estando completamente armado y repostado.
El caza soviético estaba armado con un cañón de 30 mm y podía usar todo un arsenal de misiles guiados. Para ello tenía el radar Zhuk, el mismo que se instala en los cazas MiG-29 y Su-27.
En otoño de 1991 comenzaron las pruebas del Yak-141 a bordo del crucero portaviones Almirante Gorshkov. Sin embargo, el 5 de octubre, el prototipo del avión sufrió un accidente: debido a una excesiva velocidad vertical un violento impacto hizo que el tren de aterrizaje dañara los tanques de combustible.
Esto produjo un pequeño incendio, que afortunadamente pudo ser apagado sin que hubiera víctimas. Por desgracia, el avión estaba demasiado dañado para poder ser reparado.
Por su parte, la configuración general del F-35B, así como el diseño de su tobera principal son los mismos que los que tenía el Yak-141. De hecho, hubo múltiples informes de que la compañía Lockheed Martin, fabricante del caza estadounidense de quinta generación, adquirió parte de la documentación técnica del Yak-141 en los años 90.