"Es ultrajante y ofensivo decir que las Fuerzas Armadas, y en particular el Ejército, van a dar un golpe, que las Fuerzas Armadas van a romper el régimen democrático; el propio presidente nunca predicó el golpe", dijo.
No obstante, al mismo tiempo insinuó esa posibilidad si el clima político empeora: "Ahora bien, el otro lado [la oposición] también tiene que entender lo siguiente: no tenses la cuerda", advirtió.
El ministro también consideró que comparar a Bolsonaro con Hitler es "pasarse de la raya, y mucho" y que ese tipo de comentarios no contribuyen a calmar los ánimos.
En esas manifestaciones (a las que en ocasiones han asistido el ministro Ramos y el propio presidente) algunas personas pidieron el cierre del Congreso Nacional y del Tribunal Supremo Federal.
Los temores por una supuesta amenaza golpista también tienen que ver con los comentarios públicos de algunos ministros militares del Gobierno y de los hijos del presidente, que han llegado a sugerir la posibilidad de que las Fuerzas Armadas intervengan como fuerza mediadora en un momento de crisis política.