Una bandera roja y negra con un tridente en el centro protagoniza la última polémica política en Brasil, luego de que fuera señalada como un símbolo neonazi. El debate obligó al embajador ucraniano a aclarar que se trata de un símbolo histórico del país aunque actualmente se vincule con movimientos nacionalistas.
Una bandera de origen ucraniano utilizada durante la última manifestación de simpatizantes de Jair Bolsonaro desató polémica en Brasil, luego de que fuera señalada por su vinculación con movimientos neonazis.
Según consignó el portal de noticias G1, la exhibición de la bandera sobre la Avenida Paulista de São Paulo habría sido el detonante de enfrentamientos entre simpatizantes de Bolsonaro y los manifestantes en defensa de la democracia. Estos últimos señalaron la bandera como un símbolo neonazi, al que entendieron como una provocación y una incitación al odio, algo penado por la ley brasileña.
Si bien la Policía brasileña no logró comprobar que la bandera fue causante de los disturbios, el uso del símbolo asociado con movimientos neonazis motivó al embajador ucraniano en Brasil, Rostylav Tronenko, a aclarar que se trataba de un símbolo tradicional de su país.
"Esa bandera roja y negra es una bandera histórica que simboliza la tierra fértil de Ucrania, con la franja negra, y la sangre que los ucranianos derramaron durante siglos en la lucha por nuestra soberanía, libertad e independencia", dijo el diplomático en declaraciones a CNN Brasil.
Tronenko apuntó además que el tridente "es el símbolo del príncipe Vladimir, del siglo X que trajo el cristianismo a Ucrania y ese tridente significa la santísima trinidad".
Tronenko buscó desligar el uso de la bandera señalando que el símbolo no se encuentra en la lista de símbolos prohibidos por la legislación ucraniana. "Si algunos partidos, tanto en Ucrania como en otros lugares del mundo, usan esa bandera, ya es otro contexto", puntualizó.
El lunes, la discusión tuvo un nuevo elemento: la difusión de un vídeo en el que el propietario de la bandera se identifica como Alex Silva. "Vivo en Ucrania, trabajo en Ucrania. Tengo varios amigos militares en Ucrania. Trabajo en una empresa privada de entrenamiento de profesionales en el área de seguridad", contó en un vídeo difundido en Twitter por el antropólogo brasileño Alexandre de Almeida.
El diario brasileño Folha de Sao Paulo añadió que Silva, de 46 años, vive en Kiev, la capital de Ucrania, desde el año 2014. Arribó a Brasil en el mes de marzo con la intención de abrir en su país una sucursal de la academia de tiro y táctica militar que en la que trabaja en Ucrania pero la pandemia de COVID-19 no le permitió regresar. Según el diario brasileño, Silva se ha dedicado al entrenamiento de paramilitares.
En Ucrania hay un conflicto militar desde 2014 contra las milicias en el este de su territorio, donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.