El mes de marzo, el sonido de taladros dejó de sonar en las instalaciones de Seat. El coronavirus ponía en alerta a España, Cataluña y a Martorell, localidad donde se encuentra la planta de la empresa automovilística. El temor al aumento de contagios, el confinamiento en la Conca d’Òdena y el peligro que suponía dejar entrar al virus en la mayor fábrica de coches del país hizo que Seat tomara una decisión. Durante cinco semanas, la producción de vehículos se paralizaría en Martorell, lo que afectaría a 10.500 trabajadores
Sin embargo, el 27 de abril dio fin al estado de hibernación. Ese mismo día, Seat comenzaba a aplicar su propio plan de desescalada y de vuelta a la normalidad. Así, las tres líneas de fabricación de Martorell volvían a funcionar. Eso sí, con un único turno de producción. "Funcionó bien. Al haber menos personal, se pudieron aplicar bien las medidas de seguridad, aunque hay empleados que tienen que hacer su trabajo y el de dos o tres personas más", afirman las mismas fuentes.
El reto llegó el lunes 11 de mayo con el regreso de un segundo turno de la línea del Seat León. Entre ambos se necesitan unos minutos para limpiar todas las herramientas y puestos de trabajo. Además, se han tenido que ajustar los tiempos para no coincidir en el mismo lugar .
"Los trabajadores entran y salen por sitios distintos y con un espacio de tiempo intermedio. En circunstancias normales, lo que pasaba es que cuando se acababa un turno las dos personas se cruzaban y se saludaban. Esto no puede ser así ahora", comentan desde Seat.
El 8 de junio se pondrá en marcha el tercer turno del Seat León, mientras que el 15 de junio lo hará el segundo de la línea de producción de los modelos Arona e Ibiza. El segundo turno de la línea del A1 tiene previsto iniciarse entre el 17 y el 25 de junio, fecha en la que la empresa prevé recuperar la actividad normal.
Medidas de contención del virus
Un proceso de vuelta a la actividad gradual, fundamentado en las pruebas PCR para detectar el virus. Seat tiene previsto realizar 15.000, en concreto, 13.000 en Martorell, 1.000 en las instalaciones de la Zona Franca de Barcelona y otras 1.000 en la planta de El Prat de Llobregat. Test que se hacen a medida que se van reincorporando los empleados, aunque aseguran que intentarán realizar 3.000 semanales solo en las industrias situadas en Cataluña.
Un equipo de trabajo que se encontrará con un escenario en Martorell muy distinto al de marzo. Además, de las tareas de desinfección de las instalaciones tras cada turno, los empleados tienen que trabajar con dos metros de distancia entre ellos y siempre con mascarilla. Seat proporciona entre una y dos diarias y en el caso de que no se pueda respetar la distancia de seguridad, el trabajador utiliza una pantalla facial.
También cuentan con geles hidroalcohólicos en todos los puntos de la fábrica y test de temperatura para poder acceder a la planta. Una prueba que se realiza a cualquier persona que tenga que entrar a las instalaciones, independiente de si está contratado por Seat.
"En los accesos, el personal del servicio médico de la empresa, no el de seguridad, lleva a cabo estos controles. En el caso de que haya alguien con más de 37 grados, los sanitarios le hacen un seguimiento y le atienden. En caso de darse un positivo, el empleado tiene que quedarse en su casa hasta su recuperación".
Desde Seat confirman que "el nerviosismo no se ha apoderado" de los trabajadores de Martorell. La aplicación de medidas contra el coronavirus genera calma en la joya industrial de la empresa, de 2.800.000 metros cuadrados, equivalente a 400 campos de fútbol.
Una fábrica que estas semanas produce 425 automóviles diarios. A pleno rendimiento, Martorell fabrica más de 2.100 coches al día, lo que equivale a uno cada 30 segundos. Ritmo que la empresa pretende recuperar en verano, si la pandemia permite que el taladro y el soplete vuelvan a ser sinfonía entre las paredes de la mayor fábrica automovilística de España.