La desescalada "gradual" y "asimétrica" del régimen de confinamiento en dependencia de la situación en cada territorio prevé que los ciudadanos puedan salir próximamente a la calle para hacer deporte de forma individual y dar paseos si "la evolución de la pandemia es favorable". Así lo anunció el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el 25 de abril.
De este modo se pondrá fin a una medida que contrasta fuertemente con la situación de los países de nuestro entorno. Porque España, junto a India, Perú, Argentina, Malasia, Filipinas y Bangladés es de los pocos países en que, por ejemplo, salir a correr está absolutamente prohibido.
El confinamiento como mensaje
En España, que hasta el 26 de abril se ha distinguido por aplicar las medidas de confinamiento más rigurosas de todo su entorno, se apela a la prudencia como garantía a la que confiar el buen cumplimiento primero de los paseos de los menores de 14 años y a partir del día 2 de mayo de los aficionados al footing.
Como dice la politóloga Arantxa Elizondo, de la Universidad del País Vasco, el duro confinamiento en España también obedece a un mensaje de cara a Europa y en el contexto de unas ayudas para las que se está negociando arduamente en el seno de la UE: podemos ser tan rigurosos como cualquiera. Es como si no se confiara en mostrar un civismo parejo al de otras sociedades, como la alemana, que soportan la pandemia con medidas mucho menos restrictivas que las nuestras.
Desaprovechando la prevención
Está científicamente probado que el ejercicio físico mejora el sistema inmunitario. La pandemia tiene menor incidencia en individuos sanos y sin patologías previas, así como mayor en los mayores. Pero el deterioro natural que causa el envejecimiento puede acelerarse a causa de estilos de vida inadecuados. El sobrepeso, por ejemplo, conduce a la hipertensión, problemas cardíacos y diabetes.
En este aspecto, el doctor Silván explica la mala relación entre confinamiento y defensas. "Un largo confinamiento baja estrepitosamente las defensas de la población, al no haber contacto externo alguno durante mucho tiempo. También obstruye la síntesis de vitamina D por la piel, un aliado inmunitario de primer orden", explica, rematando este segundo punto con un dato demoledor:
"La contaminación atmosférica en Wuhan, Milan y Madrid dificulta la insolación anual, y sus poblaciones presentan con frecuencia hipovitaminosis D. ¿Coincidencia?".
Silván, que aparte de reputado especialista en medicina deportiva y manual también es un corredor habitual, incide en que "el ejercicio físico adecuadamente pautado también sube las defensas", así como en el hecho de que la sociedad debería estar educada en el manejo de mascarillas, guantes, geles alcohólicos, distancia social y lavado de manos, "para salir a la calle con garantías".
El sedentarismo aumenta la vulnerabilidad
Sin embargo, las autoridades sanitarias españolas no han hecho una apuesta decidida por la práctica deportiva en tanto que medida de prevención frente a la pandemia. Al respecto, Hernán Silván lamenta su poca promoción frente a cierta cultura médica de tomar pastillas como solución a todo.
"Durante los últimos setenta años, la medicina que se ha fomentado frente a cualquier tipo de prevención con estilos de vida saludables, es la basada en los fármacos", declara. "Todos tenemos una 'pequeña farmacia' en nuestra casa, pero no todos disponen en casa de un par de mancuernas, o de una simple esterilla para hacer abdominales", dice, lamentando también la poca promoción de formas alimentarias que incluyan suplementos vitamínicos, probióticos o "plantas como la Echinacea purpurea o la cúrcuma, con evidencia científica demostrada", que son presentados como de "segunda división". "Al ejercicio físico, prescrito como mejora inmunitaria frente a virus y bacterias, le sucede lo mismo".
Una práctica ninguneada
En España la aplicación sanitaria y preventiva del deporte, "se ningunea", en palabras de Silván. "En el colegio es una "asignatura maría", y en la vida es algo que hacemos "unos pocos locos que dicen que es muy bueno para la salud". Y recuerda un dato terrible:
"Desde el primer día de confinamiento, en España se abrieron los estancos para que la gente siguiera fumando. Una gran noticia para el coronavirus, pues cuanto peor sea el estado de los pulmones por los que circula, más mortal es. Si esto es ciencia y no conflicto de intereses, yo soy cosmonauta en vez de médico".
"Es decir, después de 48 confinados, nos van a permitir salir a hacer ejercicio al aire libre. Mucha gente, que no rechistó con lo del tabaco, hace chistes sobre ello", remata.
Buscando las razones por las que las autoridades españolas no decidieran antes permitir la práctica deportiva al aire libre, cabe preguntarse si estas conciben a un corredor sudoroso y emisor de gotículas como un peligro, una suerte de "bomba biológica". Sobre esta cuestión, Hernán Silván señala la existencia de "un interesante estudio de las universidades de Lovaina y Eindhoven que indica cómo correr con seguridad en esta pandemia, dejando una distancia mínima de diez metros, evitando el rebufo de ir en fila india, y mejor con mascarilla de tipo quirúrgico y guantes". Pero, se lamenta, "aquí no se ha informado a la población de cómo se debe salir a hacer ejercicio de modo seguro".
Un problema de comprensión lectora
Un "problema de lectura o de comprensión lectora" es, en su opinión, uno de los motivos de la tardía respuesta de las autoridades a la pandemia, pues la literatura científica ya avisaba pormenorizadamente de la gravedad del COVID-19. "Wuhan se veía, en enero, como algo exótico y lejano. Como sucedió con los anteriores SARS y MERS. Incluso, se llegó dudar del contenido y validez científica de esos trabajos (por no tener aún la revisión por pares) que terminaron publicándose en importantes revistas como Nature o The Lancet, explica el doctor Silván.
"En medio del brote del COVID-19, siga un programa de ejercicio integral, aumente la intensidad progresivamente y haga ejercicio de manera constante hasta que se convierta en un hábito. Aumentará su inmunidad".