Los palestinos denunciaron que, con el pretexto de usar los terrenos para el desarrollo y los servicios públicos, el Gobierno israelí continúa con el proceso de judaización de Hebrón.
En la ciudad viven un millar de colonos judíos que se cuentan entre los más radicales, rodeados por decenas de miles de palestinos.
Según la organización israelí de derechos humanos B'Tselem, la idea de realizar esas obras partió del ministro de Defensa, Naftalí Bennett.
La ciudad de Hebrón es uno de los lugares más tensos de la ocupación. A mediados de los años 90 un colono judío, médico de origen estadounidense, mató a 29 palestinos que estaban rezando en el interior de la mezquita.
Esto abrió una vía para que el Gobierno israelí dividiera la mezquita en dos partes, una para los judíos y otra para los musulmanes, desoyendo las protestas de estos últimos.
Según la tradición, en la mezquita de Hebrón está enterrado el patriarca Abraham, padre de las tres religiones monoteístas.
Los palestinos acusan a Israel de ir apoderándose paulatinamente de los lugares santos musulmanes y señalan que la nueva confiscación de tierras obedece a ese objetivo.