Argentina se prepara para una inminente explosión de coronavirus, cuyo pico es esperado para mitad de mayo en la zonas más densamente pobladas del país. A pesar de las medidas preventivas, médicos y otros trabajadores de la salud ven con preocupación la posibilidad de que la pandemia saque a la luz las peores falencias del sistema sanitario.
Sin embargo, las medidas preventivas pueden no ser suficientes. Los profesionales de la primera línea de batalla reclaman contención hacia el personal. A su juicio, el reconocimiento no puede resumirse a los aplausos unísonos de la población desde sus ventanas, a las 21 horas (una iniciativa que se repite diariamente en varias partes del mundo).
"Hay falencias enormes en infraestructura e insumos. Lo que más nos preocupa es que estamos trabajando sin suficiente material de protección personal, si nos enfermamos nosotros no va a haber quién atienda a los enfermos", dijo a Sputnik Sandra Miasnik, vocera de la Red Integrada de Médicos Argentina (Redima), que nuclea a más de 22.000 profesionales.
Miasnik denunció que existe un sistema de salud fracturado a nivel nacional debido a una falta de criterios homogeneizados y de protocolos estandarizados, con años de desinversión y ausencia de capacitación para este tipo de situaciones, además de precarización laboral y sueldos que no se corresponden al nivel de exposición y riesgo.
El Gobierno nacional anunció que otorgará un bono de 5.000 pesos (77 dólares) en abril, mayo, junio y julio a los trabajadores, profesionales, técnicos, auxiliares y ayudantes en relación de dependencia que presten servicios, en forma presencial y efectiva, relacionados con la salud.
Sin embargo, la referente de Redima explicó que una enorme cantidad de médicos trabaja como contratados autónomos, tanto en ámbitos estatales o privados, sin decidir el monto que percibirán ni cuándo.
Algunas obras sociales demoran pagos por hasta seis meses, en un país con más de 50 % de devaluación anual, y muchos deben mantener más de un trabajo para poder subsistir, sin beneficios como licencias por enfermedad, dijo.
"Esperando el huracán"
Ruiz aseguró que, desde un punto de vista institucional, más allá de que existen las falencias sistémicas en muchos hospitales y puntos de salud, existe un esfuerzo transversal para que el resultado sea el óptimo y la preocupación activa es absoluta, cada uno con los recursos que tiene, por lo que ruegan la cooperación de la ciudadanía en hacer caso a la cuarentena.
"No son la mayoría, pero hay muchos contagiados y pacientes asintomáticos, entonces nos puede agarrar desprevenidos. Ahora a cualquier paciente lo vemos con guantes y con barbijos; es mejor lavarse las manos y ponerse los guantes para los procedimientos, pero el barbijo, todo el día puesto", narró.
La médica contó que por la circunstancia eligió aislarse de su familia, por lo que sus hijas se están quedando con sus padres, en reclusión absoluta, y ella por su cuenta hasta que pase el brote.
"La idea es que no exista circulación. Si nos quedamos adentro, el virus no tiene opción de replicarse; si lo aislas de las personas, no tiene huésped, entonces se muere. Lo que les pido a todos es que respeten las normas", rogó.