Salieron de Colombia hacia Argentina a principios de marzo y, un mes después, todavía no tienen idea de cuándo podrán volver a su país. 15 simpatizantes del Deportivo Independiente Medellín (DIM) llegaron a la ciudad de Buenos Aires para presenciar el partido de fútbol de su club querido contra Boca Juniors por la Copa Libertadores, pero lo que comenzó con una dura derrota se transformó en una pesadilla kafkiana.
Por el lapso de dos semanas, según lo dispuesto como medida de prevención ante la pandemia de COVID-19, los simpatizantes permanecieron hospedados en un albergue, en condiciones inaceptables, según sus testimonios, y sin recibir apoyo de Gobierno local, sino manteniéndose gracias a donaciones, aseguran.
Finalmente, fueron subidos sin alternativas a un autobús de larga distancia, junto a otras personas también varadas en La Quiaca, y enviados de regreso a Buenos Aires, en un viaje de 30 horas, a pesar de la circulación limitada de personas que rige en Argentina para evitar el contagio de coronavirus.
El gobernador de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales, negó las acusaciones. "Todos ellos hicieron la correspondiente cuarentena, donde se les proveyó alimentos y el control sanitario. Aquí no se vulneró la voluntad de nadie, se les preguntó antes de salir de La Quiaca y todos dijeron que querían ir a Buenos Aires", justificó Morales en una entrevista televisiva.
Una odisea sin fin
El 2 de abril, el autobús proveniente de Jujuy fue detenido en un control de acceso a la ciudad de Buenos Aires por estar prohibido el transporte de pasajeros. Viajaban 62 personas, en su mayoría inmigrantes de Colombia y Venezuela.
Morales aseguró que no es el primer autobús que parte desde la provincia sino que ese mismo día llegó otro con turistas europeos que a la terminal de Retiro, en la capital nacional, sin problemas.
"Desde que comenzó la cuarentena asistimos a más de 800 extranjeros y todavía quedan turistas en Jujuy y seguimos brindando asistencia y cumpliendo con el protocolo", dijo.
Una de las pasajeras fue detectada con fiebre, por lo que se activó el protocolo por coronavirus y fue llevada a un hospital porteño. Los otros pasajeros, incluidos los hinchas, deberán permanecer alojados en hoteles hasta conocerse los resultados, que pudiera llevar a una nueva cuarentena o su internación si presentan síntomas.