Sputnik ha hablado con Gianni Bandiera, escritor y trabajador de la salud italiano que vio con sus propios ojos cómo el norte del país se hundía en la crisis sanitaria actual.
— Gianni, ¿cómo te sientes ahora? En tu opinión, ¿cómo y dónde te infectaste? ¿Has estado en la 'zona roja'?
— Hoy por suerte me he despertado sin fiebre, pero ayer me sentí muy mal, incluso desde el punto de vista psicológico.
— ¿Cómo te enteraste de que tenías COVID—19? ¿Tenías síntomas? ¿Viste al médico de cabecera?
— El domingo por la tarde, el 8 de marzo, empecé a toser. Pensé que era una alergia, porque soy alérgico, y no me preocupé. Pero por la mañana del 9 de marzo me desperté a las 2:30 con fiebre. Llamé inmediatamente al laboratorio y a la ambulancia para saber qué hacer. Me tomaron una muestra en mi laboratorio (porque también estaban preocupados por ellos mismos) y me dijeron que era positivo.
Entiendo que fue una excepción porque no suele funcionar así. Si tienes coronavirus con fiebre, pero no tienes neumonía ni problemas respiratorios, no te hacen el análisis. Ahora dicen que les quieren tomar una muestra a todos...
Hay solo una cosa que decir: durante muchos años hemos recortado los gastos de salud y ahora, cuando ocurre una guerra, ya no tenemos las armas para hacer frente a este virus.
— Después de que dieras positivo por coronavirus, ¿te ofrecieron la hospitalización? ¿Y tus colegas están en cuarentena ahora?
— Como decía, solo me hicieron el análisis porque soy un empleado. Me quedo en casa. Solo hospitalizan a los que tienen problemas pulmonares. Creo que todos los que tienen tos seca y fiebre tienen coronavirus, porque hoy en día no hay ningún otro virus... Pero si tienes fiebre y tos, no tienes que ir al hospital o al médico porque puedes contaminar a los demás.
A mí nadie se me ha acercado, excepto una enfermera vestida de marciana quien me tomó una muestra y se fue. Unos días antes, si un trabajador de laboratorio o del hospital tenía el coronavirus, los demás colegas quedaban en cuarentena. Esta ley se aplica a todos, excepto al personal médico.
— ¿Hay algún médico que lo visite o lo llame para controlarlo?
— El servicio de salud me llama para controlarme. Deben llamarme todos los días, pero no lo hacen... También han abierto un servicio psicológico porque estamos cerrados a solas con la fiebre. Ayer me inscribí.
Es una enfermedad desagradable que puede compararse con la gripe española de hace 100 años. Respecto a los virus en general, no hemos hecho tantos éxitos y avances, y el único éxito aquí será la vacuna. Esta enfermedad nos muestra lo que es el mundo sin una vacuna. Espero que cuando haya la vacuna, para los italianos, desde los más pequeños a los más viejos, la vacunación contra el coronavirus sea obligatoria.
— ¿Qué tipo de medicamentos te han recetado?
— Tomo tachipirina cada ocho horas sin importar la fiebre, un antibiótico durante tres días, vitamina C que ya no se encuentra en ninguna parte. Además, necesito mucho descanso y sueño. También compruebo si mi sangre está oxigenada.
— Y tu familia, ¿te está apoyando ahora mismo?
— ¿Puedes distraerte de alguna manera? ¿Lees libros, escuchas música?
— Soy incapaz. Veo que mucha gente (incluso aquellos que no tienen fiebre), que normalmente leen mucho, leen muy poco en estos días, porque la cabeza funciona mal.
— ¿Qué predicciones hacen los médicos en tu caso concreto?
— Es imposible hacer predicciones, porque es un nuevo virus. Ayer el servicio de salud me dijo que hay gente que tiene fiebre durante 20 días. Es una fiebre muy fuerte. Yo, por ejemplo, estuve 40 horas sin fiebre y luego volvió de nuevo. Por lo tanto, no quiero decir nada de lo que no estoy seguro.
— La lección que debemos aprender, en tu opinión.
— Soy un hombre que ama la ecología. Es cierto que el mundo sin industria está paralizado, pero espero que esta emergencia no pase sin una lección. La vacuna debe ser obligatoria, pero la tierra se rebela: no podemos ir contra el ecosistema y no tener consecuencias. Lo raro es que las zonas más contaminadas del mundo sean las más afectadas por el virus. Es cierto que también llega al sur, pero no se pueden comparar con los números del norte. ¿Cómo pasa esto?
— Cuando venzas la mala enfermedad, ¿qué será lo primero que te gustaría hacer?
— ¡Definitivamente voy a tener una gran fiesta!