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Teletrabajo: pros y contras de la opción más popular en tiempos de cuarentena

El aislamiento provocado por el coronavirus obligó a que miles de tareas laborales fueran trasladadas al seno del hogar. Sobre las características de esta forma de empleo Sputnik consultó a Natalia Macri, directiva de la Cámara de la Economía Digital de Uruguay.
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La incertidumbre reina en América Latina al igual que en el resto del mundo. A la vez que aumentan los casos de enfermos de COVID-19, lo hace el aislamiento para evitarlos. Por eso miles de trabajadores han sido despedidos o licenciados, mientras muchos otros cambiaron las oficinas por el escritorio y la computadora de su casa. Así siguen con sus empleos a la distancia, a través del teletrabajo.

"Con el virus, a todos los que la actividad nos lo permite, nos encontramos excepcionalmente teletrabajando. Y casi que lo estamos haciendo como ilegales porque no tenemos una normativa que regule esta actividad", señaló en diálogo con Sputnik Natalia Macri, directiva de la Cámara de la Economía Digital de Uruguay (CEDU).

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En este país —como en casi todos los de la región— no existen protocolos específicos para el trabajo remoto, por lo que mucho antes de que el coronavirus surgiera, la CEDU junto a otros organismos e instituciones comenzaron a trabajar en un proyecto de ley al respecto.

De esta forma, explicó Macri, se ordenarían factores a considerar como los honorarios, el gasto de energía eléctrica o la depreciación de las máquinas de los trabajadores. Factores que en muchos casos dejan de ser un costo para las empresas y pasan al empleado.

"Se podría decir que hay una reducción de costos pero [tal afirmación] hay que tomarla con pinzas. Es verdad que en una compañía de 30 personas uno puede decir 'bueno, no es necesario tener un lugar físico para ellas', si parte de la plantilla trabaja desde su hogar y hay cinco puestos fijos. Contrato una oficina más pequeña, lo que disminuye costos de luz, de comunicación. Pero en realidad, ese costo lo estamos trasladando al trabajador, porque él va a estar ocho horas en su casa con la luz encendida", explicó Macri.

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Para la directiva de CEDU, un viático o partida destinada a cubrir esos gastos podría establecerse legalmente, lo que acercaría los costos a los que tiene la empresa con el trabajo presencial.

Sin embargo, hay otros factores de los que obtiene más ganancias, pero no tienen que ver con lo monetario sino con el aumento de mano de obra disponible.

"Por ejemplo en Uruguay, el trabajador que no vive cerca de Montevideo donde todo está centralizado, no puede acceder a ciertos trabajos. En cambio, al trabajar remotamente sí podría. Eso sería un beneficio desde el punto de vista del trabajador y también del empleador pensando que se le amplía la oferta de capital humano", señaló.

"Ni que hablar las personas que por una situación familiar tienen que salir del mercado laboral por cierto período y con el teletrabajo pueden hacer convivir la familia y la actividad laboral", agregó Macri.

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