"Tengo miedo", declaró a Sputnik Tatiana, que reside en la ciudad de Haifa. La mujer reveló que, pese a que trabaja desde casa debido a la epidemia, tiene planeado un viaje en tren a Tel Aviv.
"Ya compré una mascarilla y unos guantes, y no hay manera de que suba al tren sin ponérmelos", agregó.
Al igual que en muchos países, los supermercados también están afectados por el pánico global. La población vacía los estantes de los supermercados, comprando masivamente productos como pastas, arroz, alimentos enlatados, servilletas, papel higiénico y agua embotellada.
"Quería pedir comida en línea, pero la mayoría de los productos están agotados. También hay problemas con la entrega de comida a domicilio, ya que las listas de espera son demasiado largas", reveló Tatiana.
El coronavirus y la economía
La interlocutora de Sputnik, que trabaja como diseñadora gráfica en una agencia de relaciones públicas, reveló que muchos de sus compañeros ya fueron despedidos y "es solo cuestión de tiempo antes de que también me afecte a mí".
A su vez, la compañía aérea nacional El Al se vio obligada a despedir a unos 1.000 de sus 6.000 empleados y a reducir en un 20% los salarios de sus pilotos. Las autoridades también optaron por limitar el tráfico aéreo con la mayoría de los países.
Las medidas económicas y la crisis de hospitales
En un intento de manejar la situación, el Gobierno de Benjamin Netanyahu decidió invertir alrededor de 3.000 millones de dólares en la economía del país. Mientras que dos tercios se otorgarán a las empresas afectadas por la epidemia, el resto del dinero se dividirá entre la Policía y las instituciones médicas.
Además, solo un 5% de más de 3.000 camas de hospital en Israel cuenta con los sistemas de cuidados intensivos, tan necesarios en el caso de la epidemia. Los expertos coinciden en que esta cantidad debería duplicarse, especialmente en el caso de que el número de infectados por coronavirus incremente.
Los médicos israelíes estiman que alrededor de 60.000 personas podrían contagiarse con el coronavirus antes de fin de año.
"Estoy segura de que lo que vemos ahora es solo el comienzo, y no entiendo por qué Israel no quiere hacer lo mismo que ya hicieron China y Corea del Sur y cerrar el país entero por dos semanas o más", lamentó Tatiana, quien añadió que "las medidas que se toman ahora no solucionarán nada". La mujer también está convencida de que es imposible frenar la propagación de la epidemia, ya que, a diferencia de los chinos, los israelíes "no tienen la disciplina".
El 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud definió como pandemia la enfermedad COVID-19, causada por el nuevo coronavirus que empezó a propagarse desde la ciudad china de Wuhan a finales de 2019. A nivel global, el patógeno ya infectó a más de 149.000 personas en unos 140 países y provocó más de 5.000 muertes, la mayoría en la China continental, Italia e Irán.