Estas medidas llevan un año en el ideario de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que no pudo sacarlas adelante después de que el Congreso de los Diputados tumbará los Prepuestos y se adelantaran las elecciones. Dos estrategias de recaudación necesarias para reducir el déficit público tras las advertencias de Bruselas.
Por su parte, la tasa Tobines el impuesto sobre transacciones financieras. Este impondrá un 0,2% a la compraventa de acciones entre compañías españolas con un valor en Bolsa de más de 1.000 millones. El pagador al fisco será el intermediario financiero que ejecute la orden de compra. Con este, Hacienda calcula embolsar unos 850 millones, destinados a financiar las pensiones y la Seguridad Social.
En Francia, Italia o Bélgica ya tienen un tributo similar a la tasa Tobin, pero en el caso de aprobar la tasa Google, España se adelantaría al acuerdo global al que quieren llegar los países de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económicas (OCDE).
Posible respuesta internacional
La aprobación de la tasa Google afectaría a multinacionales como Facebook, Amazon o, como su nombre indica, Google. Empresas en su mayoría estadounidenses, por lo que su presidente, Donald Trump, amenazó a los países de la Unión Europea con imponernuevos aranceles sobre automóviles. Precisamente, con esta advertencia, pero sobre otros sectores, Washington logró que Francia no aplicara el impuesto digital.
En estos momentos, la OCDE trabaja en un tributo parecido a nivel global. Proyecto con el que se recaudarían unos 92.000 millones de euros para las arcas públicas de los países.