El 11 de febrero Filipinas notificó oficialmente a EEUU que planea romper el llamado Visiting Forces Agreement. Este acuerdo debe dejar de estar vigente 180 días después de la notificación. La reacción de Washington no se hizo esperar. El secretario de Defensa de EEUU, Mark Esper, calificó el paso dado por Manila de "movimiento hecho en la dirección equivocada".
La decisión de Filipinas deja en una situación difícil a EEUU, país que apuesta por contener a China en la cuenca del Pacífico, según Evséyev.
"Es un precedente lo suficientemente preocupante. Señala que existen Estados que no están de acuerdo con la política exterior aplicada por EEUU en la región que Washington se cree controlar por completo (...) La lucha que libran EEUU y China para aumentar su influencia en este rincón del mundo seguirá consolidándose", aseveró en una entrevista con Sputnik.
Los intentos de Washington por sumar a socios como Japón, Corea del Sur, Australia y Filipinas a esta lucha no surten el efecto esperado. El ejemplo de Filipinas muestra que EEUU no logra convencer a estos Estados, dado que optan por perseguir sus propios intereses soberanos. Ninguna de estas naciones desea enemistarse con China, pues un escenario así causaría pérdidas económicas considerables, asevera Evséyev.
Que el acuerdo entre Manila y Washington pase a ser cosa del pasado puede tener serias consecuencias a la hora de implementar la estrategia militar de EEUU en el sudeste asiático y en la región del mar de la China meridional, subrayó a Sputnik Jay Batongbacal, director del Instituto de Asuntos Marítimos y Derecho del Mar de la Universidad de Filipinas. Tras su ruptura EEUU perderá la principal plataforma que le permitía mantener sus bases en las regiones citadas y ampliar allí sus operaciones militares.
A pesar de ello, Batongbacal considera que es poco probable que algún otro Estado llegue a ofrecer ventajas parecidas a las que le daba Filipinas desde el punto de vista geográfico, de la compatibilidad operativa, de los equipos, de la logística y de los mecanismos de apoyo.
Los lazos de Manila con EEUU o China siempre han sido un tema sensible en la opinión pública filipina, recordó a su vez Zhang Jie, experta del Instituto de la Cuenca del Pacífico y Estrategia Global ante la Academia de Ciencias Sociales de China. Considera que la decadencia de las relaciones filipino-estadounidenses no implica que Manila vaya a cooperar con el gigante asiático.
"El presidente filipino [Rodrigo Duterte] destacó que Manila necesita alcanzar la independencia en el ámbito de la defensa. Dado que la ayuda militar que brinda EEUU a este país asiático es bastante grande, es probable que Filipinas no logre deshacerse de su dependencia de Washington a corto plazo", enfatizó.
Además, Zhang Jie recordó que desde 2016 la cooperación chino-filipina se concentró en mayor grado en el ámbito económico, y que los politólogos no observaron avances evidentes en el ámbito de la seguridad y de la cooperación para contrarrestar las amenazas tradicionales. Por ello, el fin del conocido como Visiting Forces Agreement no significa que las relaciones que mantienen Pekín y Manila en lo referente a la seguridad vayan a evolucionar rápidamente en el futuro, concluyó.