"Se les está dando la opción de refugio y de que puedan trabajar en el país, pero se está cumpliendo con la ley, de que haya un registro, y eso requiere de garantizar el orden porque si no se introducen al territorio [mexicano]", dijo el mandatario en conferencia de prensa.
Unos 3.000 migrantes centroamericanos ingresaron a territorio mexicano cruzando la semana pasada el río Suchiate, que sirve de frontera natural entre Guatemala y México, pero fueron contenidos por agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM).
López Obrador dijo que los centroamericanos están siendo regresados a sus países.
"Cuando la gente recibe información, se han regresado como 1.000 [centroamericanos] por autobuses y por avión", detalló.
El jefe del Ejecutivo dijo que está controlada la situación de las detenciones de centenares de centroamericanos que permanecen en las estaciones migratorias del INM, en el sureño estado de Chiapas, donde observadores de derechos humanos han sido impedidos de ingresar.
"Está resuelto el problema, sin violencia, se han respetado derechos humanos, se les ha dado toda la atención, pero tenemos que tener control y además protegerlos", afirmó.
El gobernante dijo que los organizadores de las caravanas responden a intereses políticos en sus países.
El presidente dijo que mantiene buenas relaciones con los países del Triángulo Norte centroamericano, Guatemala Honduras y El Salvador, mediante la cooperación con programas sociales que atiendan las causas de la migración.
"Mientras más se invierta en Centroamérica y en nuestro país, más se va a reducir el flujo migratorio", puntualizó.
La explicación sobre las caravanas fue ofrecida después de negarse a responder al presidente de EEUU, Donald Trump, quien dijo el 28 de enero, en mitin de campaña, que "México está pagando por el muro" en la frontera común.