"La Guardia Nacional acorraló al grupo de la caravana que cruzó la frontera hoy (23 de enero), venían unas 1.600 a 2.000 personas, y los agentes procedieron de manera violenta, rociando gas pimienta a todas las personas, para arrestarlas, subirlas en autobuses y llevarlas a centros de detención migratoria, son cientos de personas detenidas, incluidas mujeres, niñas, niños", dijo la defensora de migrantes vía telefónica.
La integrante de una red de organizaciones de la sociedad que realiza una misión de observación, relató que las autoridades mexicanas dejaron que la caravana cruzara la frontera y comenzara a caminar varios kilómetros, soportando altas temperaturas, hasta que les bloquearon el paso por la tarde, los encapsularon y comenzaron el operativo de detención masiva.
El defensor de migrantes que participa en una misión de observadores en la frontera sur mexicana y trabaja para el refugio de la iglesia católica denunció vía telefónica que "dejarles caminar al sol durante horas, hasta que se cansan y cercarles, configura una estrategia militar que ya emplearon en junio y en octubre del año pasado".
Los migrantes centroamericanos cruzaron por la mañana el puente "Suchiate II" sobre el río fronterizo, tras desplazarse río arriba, lejos de otro puente donde el 20 de enero pasado ocurrieron disturbios, cuando unos 500 indocumentados cruzaron el lecho del arroyo que está casi seco en esta estación del año, y pudieron avanzar hasta la ciudad Frontera Hidalgo, la mayoría hombres jóvenes, pero también familias con niños pequeños.
Esas personas, la mayoría procedente de Honduras, estuvieron varadas desde la semana pasada en la ciudad guatemalteca de Tecún Umán, y planearon cruzar por el mencionado punto fronterizo sin vigilancia, que sirve para el pequeño comercio binacional.
La zona de la frontera sur está infestada por bandas del crimen organizado dedicados al tráfico de personas y trata de mujeres y niñas, y las autoridades mexicanas se refieren a las detenciones como "rescates".