"Creo que Mancuso es un líder paramilitar bajo cuya responsabilidad ocurrieron decenas de miles de crímenes, muchos de ellos en connivencia con políticos de muy alto nivel, y espero que cumpla con su deber de dar verdad y reparación a las víctimas en la JEP", dijo Cepeda a Sputnik.
Según un comunicado que Mancuso envió a la JEP con el objeto de ser recibido en esa jurisdicción, varios de esos hechos, que terminaron en sentencias absolutorias o que nunca se investigaron, involucrarían también al senador y expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), a su hermano, el ganadero Santiago Uribe, y a la excongresista de izquierda Piedad Córdoba, entre otros.
Mancuso cumple una pena por narcotráfico en la prisión federal USP de Atlanta (EEUU), que termina el próximo 27 de marzo, luego de lo cual será enviado a Colombia para que responda por otros delitos ante la justicia ordinaria.
Aunque se desmovilizó como líder paramilitar bajo la denominada Ley de Justicia y Paz (durante el Gobierno de Uribe), la defensa de Mancuso realiza gestiones para que sea admitido por la JEP, creada en el marco de los diálogos de paz de La Habana para juzgar a exguerrilleros, militares y terceros que financiaron el conflicto armado.
Sin embargo, la JEP respondió a Mancuso que su plan de aportar verdad sobre el conflicto debe ser "un compromiso serio y real, claro en su contenido y que tenga una concreción en el tiempo para su cumplimiento".
De llegar a ser aceptado por la JEP, las revelaciones de Mancuso podrían ser de gran importancia en el marco del caso 004, que investiga graves victimizaciones en el conflicto armado cometidas por la antigua guerrilla de las FARC y la Fuerza Pública (con la cual se dice que el exparamilitar actuó en connivencia) en municipios de Antioquia y Chocó (noroeste).