"El atentado que vivimos hace un año fue un atentado a toda una nación, un agravio miserable a la educación, porque estos 22 jóvenes estaban estudiando, formándose en este centro educativo, fue un ataque a las familias colombianas", dijo Duque durante el acto conmemorativo.
El jefe de Estado colombiano participó en una misa en honor de los 22 cadetes que perecieron en el atentado, depositó una ofrenda floral y honró con un minuto de silencio la memoria de los uniformados fallecidos, actos en los cuales estuvo acompañado por los estudiantes de la Escuela de Cadetes, por familiares de las víctimas mortales y por el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, así como por altos mandos militares y policiales.
La guerrilla del ELN se atribuyó el atentado, por lo que el Gobierno colombiano rompió de manera unilateral las negociaciones de paz que para entonces mantenía suspendidas con los delegados del grupo rebelde en La Habana, los cuales ha reclamado en extradición por ese y otros hechos.
Sin embargo, Cuba sostiene que no los entregará porque respeta el protocolo de rompimiento de negociaciones de paz, el cual señala que ningún guerrillero del ELN puede ser extraditado si se rompen los diálogos.
El 23 de diciembre, en ceremonia realizada en la Escuela General Santander y en cumplimiento de la Ley 1998, radicada por el Gobierno Nacional y aprobada por el Congreso de la República, Duque oficializó el ascenso póstumo de los cadetes fallecidos en el atentado, así como el reconocimiento prestacional y pensional para los familiares de las víctimas.