"Llegan personas que tienen desde un rasguño hasta quienes sufrieron estallido ocular por granadas lacrimógenas, hemos derivado a personas a la Unidad de Cuidados Intensivos de los hospitales, incluso una niña que recibió varios lumazos (golpes con el bastón de policía) en el rostro y necesita tres cirugías para respirar normalmente", contó a Sputnik una de las voceras de la brigada, Tamara Briones.
"Nosotros aplicamos los primeros auxilios, pero cuando es necesario o el problema es más grave coordinamos con otras organizaciones el traslado de la persona a un centro especializado", informó la brigadista.
Para formar la brigada, los voluntarios, que normalmente salen a la calle en un grupo de entre 10 a 15 personas, se organizó a través de las universidades.
Briones cuenta que, como voluntaria en la calle, ha sido testigo de la dura represión ejercida por la policía.
Agregó que "la represión ha sido fuerte, incluso yo misma he atendido niños de cinco y seis años intoxicados con el gas lacrimógeno, y a un niño de 12 años que le llegó una granada en una pierna".
Desde el comienzo de la crisis social que afecta a Chile desde octubre de 2019 hasta la fecha, el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile ha registrado que 3.583 personas han sido heridas por la policía o por las Fuerzas Armadas, y 359 personas han sufrido una herida ocular producto de un golpe, un disparo de perdigón antidisturbios o una granada lacrimógena.
Brigada crece en apoyo popular
"En octubre nos empezamos a juntar para salir a ayudar, pero fue difícil porque teníamos que comprar y gestionar nosotros mismos los insumos médicos que son muy costosos", afirmó Briones.
Hoy reciben mascarillas de gases, bolsas de basura, toallas con cloro, desinfectantes, escudos para defenderse de las piedras y las granadas lacrimógenas y antiparras certificadas para protegerse de los perdigones de Carabineros.
Briones contó que principalmente reciben ropa limpia, que usan para las personas que han sido mojadas por el guanaco, "quienes llegan quemados o intoxicados y nosotros los cambiamos rápidamente de vestimentas".
Comentó que como voluntarios están concentrados en capacitarse para atender en casos de manifestación.
"Nosotros, como profesionales de la salud estamos preparados para atender pacientes, pero no para esta especie de guerra química que se ha dado, con gases lacrimógenos y agua que se ha dicho que incluso tendría gas pimienta o de soda cáustica, es complejo", afirmó.
La crisis social en Chile se arrastra desde octubre de 2019, fecha en que comenzó una seguidilla de manifestaciones ciudadanas protestando contra la desigualdad, el profundo sistema económico neoliberal, el precio de los servicios básicos, la Constitución y para rechazar la gestión del presidente Sebastián Piñera.