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Academia y progresismo se abren a lenguaje inclusivo en Argentina

BUENOS AIRES (Sputnik) — El lenguaje inclusivo es considerado en Argentina como una declaración de principios de una parte minoritaria de la sociedad que se identifica con un sector político, al tiempo que ha tenido reconocimiento oficial dentro del ámbito universitario.
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"Es una forma de hablar que hoy por hoy está marcada ideológicamente porque es muy minoritaria", explicó a Sputnik la socióloga Sol Prieto, becaria posdoctoral en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

La discusión en el Congreso argentino de un proyecto de ley para legalizar el aborto en 2018 sirvió de puntapié inicial para que el lenguaje inclusivo comenzara a difundirse en las manifestaciones sociales que embanderaron las feministas.

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"Fue a partir de ahí cuando se empezó a visibilizar más el feminismo y a la feminista como un sujeto y, para bien o para mal, las feministas se convirtieron en algo con un significado social", lo que potenció el empleo del lenguaje inclusivo, relató Prieto, investigadora de cuestiones de género.

Con el paso del tiempo, el lenguaje inclusivo se consolidó como una forma de expresión "que está ideológicamente marcada pero no solo la división feministas y antifeministas, sino que representa otras divisiones ideológicas", explicó la socióloga.

También las condiciones sociales son una pauta influyente para distinguir quién recurre al lenguaje inclusivo dentro de un universo minoritario, algo que en este caso lideran "sectores ilustrados, jóvenes progresistas y urbanos", delimitó Prieto.

"Se comprueba en la experiencia cotidiana y empíricamente que el lenguaje inclusivo no solo no está generalizado en la sociedad, sino que tiene mucha más aceptación entre la juventud que en los adultos, del mismo modo que se utiliza más en capital que en el interior sin que llegue a utilizarse de manera masiva", profundizó.

Avance político

El lenguaje inclusivo es un intento de crear opciones para sustantivos, con sus correspondientes artículos y adjetivos, que siempre se utilizaron en género masculino para referirse a conjuntos universales que también incluyen a las mujeres o a las personas LGBTI.

Así, "los hombres" es sinónimo de humanidad, pero no lo es "las mujeres". Y cuando alguien quiere referirse a sus amistades femeninas y masculinas a la vez, tradicionalmente dice "amigos", cuando en rigor está excluyendo a las "amigas". Surgen así neologismos como "amigues", "chiques" (en lugar de chicos y chicas), o "niñes" (en lugar de niños y niñas).

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Esto no significa abolir los géneros masculino y femenino que existen en la lengua española, sino incorporar un tercero, neutro, que abarque a todos (o "todes", para decirlo en lenguaje inclusivo).

Hay otras variantes, como reemplazar la vocal que determina el género (la letra "a" o la letra "o") por una "x". Así, en lugar de "estimado" o "estimada", se escribiría "estimadx", pero esta opción tiene la dificultad de volver algunas palabras impronunciables.

En una sociedad polarizada como la argentina, este lenguaje es incorporado por la izquierda y simpatizantes del actual Gobierno de Alberto Fernández, cuya vicepresidenta es la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), que suele hablar de "argentinos y argentinas", o "todos y todas" en sus discursos.

"Los antiperonistas escuchan "todos y todas" y les genera rechazo porque rechazan a Cristina, y los otros lo usan lo más bien, de la misma manera que si dices "todes" te van a catalogar de un montón de posiciones respecto al Estado o a la economía", explicó la socióloga.

El 20 de diciembre, la vicepresidenta corrigió en una sesión del Senado al legislador José Miguel Ángel Mayans porque se refería insistentemente a ella como "presidente" de la cámara alta.

Cuando el legislador alegó que "no tiene sexo la palabra presidente", la vicepresidenta lo cuestionó: "No, no, no, eso lo dicen los machistas, no, de ninguna manera".

En ocasiones, el propio presidente Fernández ha hecho suyo el lenguaje inclusivo.

En una charla en octubre en una universidad Fernández prometió "trabajar cada día para que cada chico, cada chica, cada chique...", y allí fue interrumpido por una ovación.

La coalición gobernante, el Frente de Todos, diseño su logo con el símbolo del sol en lugar de la última "o".

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En el vídeo de presentación del espacio electoral, sobre un fondo blanco el nombre Frente de Todos en letras azules con la última vocal que cambiaba de formato al pasar de la "a" a una "e" y finalmente a un sol, si bien la fuerza se inscribió ante la justicia electoral con el nombre masculinizado.

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Es cada vez más recurrente que dirigentes y legisladores en sus alocuciones y mensajes a través de las redes sociales utilicen el lenguaje inclusivo.

Pero ni el Gobierno actual ni el precedente de Mauricio Macri (2015-2019) admiten de manera oficial el empleo de neologismos o de fonemas rechazados por la Real Academia Española, que no admite la "@", la "x" ni la "e" para alterar las palabras de género masculino o femenino.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional detectó que durante el Gobierno de Macri, el oficialismo hacía uso de ejércitos de "trolls" para atacar en las redes sociales a feministas que empleaban lenguaje inclusivo, recordó Prieto.

"El Gobierno anterior tuvo un activismo muy fuerte online, con los tuiteros del Gobierno que hacían capturas de pantalla de feministas usuarias del lenguaje inclusivo", indicó la especialista.

Ámbito universitario

La docente de la UBA recordó que en 2017 recibió por primera vez el examen de un alumno que estaba escrito en lenguaje inclusivo, y "a partir de ahí se generalizó más".

"Como noto que causa rechazo ideológico, y las universidades son espacios amplios y es importante generar vínculos de confianza, no lo utilizo porque me parece que puede generar una distancia", reconoció.

Pero el avance del lenguaje inclusivo sí ha encontrado acogida en centros educativos e instituciones universitarias.

En abril del año pasado se celebró el primer Congreso de Lenguaje Inclusivo por iniciativa del Gobierno bonaerense y la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata.

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En 2017 la Universidad Nacional de Río Negro (oeste) aprobó la incorporación de la perspectiva de género y el uso no sexista del idioma en su estatuto para eliminar el lenguaje androcéntrico.

Las notas institucionales de esta institución pública comenzaron a subrayar el género masculino y el femenino, además de hacer uso de palabras que englobasen a toda la comunidad estudiantil.

A propuesta de sus estudiantes, la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, en Chubut (sur), aprobó en junio de 2019 el lenguaje inclusivo para todos los exámenes o trabajos escritos que elaboren los estudiantes.

Un mes después, la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA aceptó que los estudiantes de grado y posgrado pudiesen emplear lenguaje inclusivo en sus trabajos académicos.

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En agosto siguió esos pasos la Facultad de Psicología de la Universidad de Rosario, en la provincia de Santa Fe (este), al estimular este lenguaje en trabajos académicos y en las comunicaciones institucionales con la utilización de la "e" y la "x".

La Universidad Nacional de Córdoba recomendó en septiembre del año pasado a sus 15 facultades y colegios preuniversitarios que empleen un lenguaje libre de discriminación y eviten palabras excluyentes en comunicados oficiales.

También ese mes la Universidad Nacional de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires, aprobó el lenguaje inclusivo para notas institucionales y divulgó una guía con pautas para evitar expresiones sexistas o discriminatorias, con la aceptación de la "e" y la "x" cuando sean necesarias.

Las facultades de Arte y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro en Tandil (este) también avalaron el lenguaje inclusivo en las producciones académicas.

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Los colegios adscritos a la UBA también han avanzado: el Nacional de Buenos Aires habilitó el uso inclusivo en las clases, y el Carlos Pellegrini alentó el debate con un informe sobre el tema.

El presidente de la Academia Argentina de las Letras, José Luis Moure, anticipó un fracaso del intento de unificar con la vocal "e" las distinciones de género en los sufijos nominales, puesto que no ha surgido como cambio "desde abajo" sino que es una propuesta "nacida de un grupo de clase media que busca imponer con marca en la lengua un valor en torno a un reclamo social".

"Esa intervención afecta la estructura misma del idioma en su sistema de desinencias morfológicas de género (elaboradas a partir del latín y a lo largo de siglos), proponiendo la inserción de una terminación artificial arbitraria (vocal "e" ¿por qué no "i"?) sin existencia en la conformación histórica de nuestra lengua", dijo Moure en una carta pública.

El especialista alertó del peligro que suponen las interferencias lingüísticas que propone el lenguaje inclusivo para la unidad del idioma "si se impusiera solo en ciertos lugares, como todo indica que podría suceder si se avanzara desacompasadamente en esa línea".

Ello no impidió que la argentina Jessica Maggio tradujera por primera vez en 2019 un libro a lenguaje inclusivo, se trata de la obra de meditación "El mensaje de Silo".

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