"Sigo viendo venir nuevos éxodos el año próximo y una constante en las acciones migratorias por parte del Gobierno, que no son políticas públicas oficiales sino acciones aisladas ante la presión de Donald Trump (presidente estadounidense), esto ha hecho que el INM no solo tenga un enfoque policial sino que incluso se militarice", dijo el fundador del albergue católico Hermanos en el Camino, en Ixtepec, Oaxaca.
Pero al mismo tiempo, en México se incrementaron 50% en diez meses de 2019, hasta unos 170.000 migrantes detenidos, según cifras oficiales.
"Es el resultado de haberle dado prioridad a la seguridad nacional sobre el respeto de los derechos humanos", lamenta el religioso, Premio Nacional de DDHH en 2011.
Solalinde, quien ha sostenido reuniones privadas con el presidente Andrés Manuel López Obrador en el Palacio Nacional sobre el tema, asegura que los funcionarios federales encargados de contener la migración para evitar la imposición de aranceles al comercio con EEUU "no son personas que sepan mucho de migración".
"Me refiero con mucha pena al propio presidente López Obrador, que no tiene que ser experto en todo, pero también me refiero a la secretaria de Gobernación (Interior), Olga Sánchez Cordero, y al subsecretario de DDHH, Alejandro Encinas", mencionó el líder religioso.
Solalinde estima que Encinas es uno de los más comprometidos y honestos funcionarios federales.
La principal cartera federal encargada de proteger derechos humanos "tiene un rezago de trabajo y una acumulación de asuntos graves porque en este país vivimos una crisis de derechos humanos, que no son cosas fáciles, nadie por sí solo lo puede lograr", dijo el religioso, mencionado por ejemplo el tema de más de 40.000 desaparecidos en más de dos décadas de violencia criminal.
En cuanto a Tonatihu Guillén, quien renunció al cargo de titular del INM después de los acuerdos migratorios con EEUU, dijo que era "un académico que conoce el tema pero su punto flaco era en la operatividad, con escaso conocimiento del terreno en el sur, no pudo responder adecuadamente a la contingencia de las caravanas" de miles de migrantes.
El sacerdote lamentó a la vez que no haya sido atendida su recomendación de construir una secretaria de Asuntos Migratorios en el gabinete federal de la Presidencia.
"Si se eleva el rango de la estructura federal, como cartera de Estado, incluiría además la atención de millones de mexicano y mexicanas en EEUU", recomienda.
Soluciones en varios frentes
Solalinde aplaude que el fenómeno se encare en varios frentes, desde el combate a traficantes de personas a las causas del éxodo.
Al mismo tiempo, es optimista de que la migración encuentre "vías de desahogarse", mediante el Tratado México, EEUU, Canadá (T-MEC) recién ratificado por el Capitolio.
"El T-MEC va a ayudar a no aceptar el chantaje de Trump, y si existen controversias que vinculen el comercio y los aranceles con la migración, ahora se irían a un panel tripartita de solución de controversias", anticipa.
El religioso, que se define como "un pastor orientador" del tema, advierte que, además de lidiar con las presiones de Trump en tribunales, el INM "también padece de altos niveles de corrupción y está rezagado en transparencia".
La continuación de la éxodo migratorio "nadie la va a parar en 2020, pero va a ayudar mucho la política social del presidente López Obrador, porque está cambiando la situación laboral en el sureste, aumentado salarios, prestaciones y programas sociales", asegura.
"Una estrategia que vaya al fondo del problema, consiste no solo en entender las causas en las poblaciones de origen, sino que en la frontera sur (mexicana) los migrantes encuentren el trabajo y la condiciones sociales que necesitan, para romper la inercia histórica de marchar al norte, donde la gente es víctima del crimen organizado", puntualizó.
En ese punto espera que opere el Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica, que México promueve en foros internacionales, para atacar las causas de la migración en los lugares de origen.