Antes medios locales informaban sobre 15 heridos en la capital libanesa.
"Resultaron heridos 54 activistas, decenas de personas fueron hospitalizadas", dijo el canal.
Por su parte, el Ministerio del Interior del Líbano informó sobre 20 policías heridos.
Los manifestantes empezaron a lanzar piedras contra los cordones de la Policía.
A su vez, los agentes de seguridad emplearon gas lacrimógeno contra los manifestantes.
Los choques entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad comenzaron sobre las 17.00 hora local (15.00 GMT) el 14 de diciembre después de que un grupo de activistas intentara acceder al edificio del Parlamento.
Los enfrentamientos en los cuales se emplearon piedras, porras de goma y gas lacrimógeno duraron varias horas.
Poco antes hubo choques entre la Policía y los simpatizantes de los partidos chiíes que intentaron abrirse paso hacia la céntrica Plaza de los Mártires, donde se congregaron los manifestantes pacíficos, y destruir sus tiendas de campaña.
La situación se estabilizó después de la llegada de refuerzos y unas negociaciones.
Fue uno de los episodios más violentos que ha vivido Beirut desde que estallaron las protestas contra el ejecutivo el pasado mes de octubre.
La violencia comenzó anoche cuando hombres jóvenes de un barrio conocido como feudo de los partidarios de Amal y Hizbulá —socios del Gobierno intersectario del Líbano— atacaron el epicentro de las protestas antigubernamentales mientras gritaban "chií, chií".
Los disturbios de la pasada madrugada se extendieron hacia una de las calles que conduce al edificio del Parlamento, presidido por el jefe de Amal, que fue bloqueado por las fuerzas de seguridad.
Las protestas libanesas fueron siempre pacíficas y festivas hasta que hace algunas semanas grupos de Hizbulá y Amal atacaron los campamentos de los manifestantes y, en los últimos quince días, la violencia se ha reiterado.
Imágenes transmitidas por el canal LBC mostraron a manifestantes antigubernamentales tratando de romper las barricadas policiales y a los oficiales disparando gases lacrimógenos y golpeándolos.
Las fuerzas de seguridad dispararon balas de goma y varias descargas de gases lacrimógenos desde vehículos blindados con múltiples lanzadores, mientras varios manifestantes arrojaban piedras.
La Agencia Nacional de Noticias libanesa informó de que algunos escaparates en la parte comercial del centro de Beirut fueron destrozados por vándalos.
Varios manifestantes resultaron heridos por golpes de porra o se desmayaron por inhalación de gases lacrimógenos. También algunos agentes sufrieron heridos por lanzamientos de objetos o piedras, según informó la Policía libanesa.
La Cruz Roja y la Defensa Civil Libanesa señalaron que al menos 46 personas resultaron heridas y fueron transportadas a hospitales anoche por dificultades respiratorias y desmayos, junto con lesiones causadas por piedras, y señaló que entre los heridos había personal de seguridad y civiles.
El presidente libanés, Michel Aoun, se reunirá el 16 de diciembre con los bloques parlamentarios para nombrar un primer ministro, después de que el anterior, Saad Hariri, dimitiera el pasado 29 de octubre.
Las consultas anteriores fracasaron y los grupos políticos rivales fueron incapaces de consensuar un nombre para que sea nuevo jefe de gobierno. Uno de los puntos que reclaman los manifestantes es que se dejen atrás las divisiones políticas y no se gobierne según cuotas de poder sectarias.
El líder de Hizbulá, Hasan Nasrala, advirtió hace dos días que la formación de un nuevo gobierno podría llevar tiempo.
Nasrala indicó que apoyaría un gobierno de coalición con "la representación más amplia posible", que no excluyera a ninguno de los principales partidos, y que aceptaría que lo volviera a encabezar Hariri.
El líder de Hizbulá instó a sus seguidores, y a los de Amal, a mantener la calma, diciendo que la "ira" de algunos de los miembros de su movimiento se había "descontrolado".