"Esto no es una demanda del SNP [Partido Nacional Escocés] o del Gobierno escocés, es el derecho de los escoceses y el líder de un partido derrotado en Escocia no tiene derecho a interponerse en el camino", declaró Sturgeon en Edimburgo.
La líder nacionalista dirigió su desafiante mensaje al primer ministro británico, Boris Johnson, cuyo partido conservador perdió siete escaños en Escocia en las legislativas del 12 de diciembre.
La formación independentista ganó 48 diputados, trece más que en 2017, y el 45% de votos.
Los conservadores se mantuvieron en segunda posición, con seis escaños y el 25% de apoyos.
Los laboristas casi fueron erradicados de un territorio que antaño dominaron, después de perder seis de los siete parlamentarios en la peor noche electoral para el partido en décadas.
"Los escoceses rechazaron a los tories [conservadores] y el futuro de Escocia debe estar en las manos de Escocia", recalcó la líder del SNP una vez concluido el escrutinio.
El resultado al norte de la frontera inglesa "renueva, refuerza y revalida el mandato del Parlamento escocés para decidir si y cuándo celebrar el referéndum", sostuvo Sturgeon en su mensaje post-electoral.
El Ejecutivo del SNP publicará la semana próxima un documento con el "caso democrático" que detallará las pautas de la transferencia a Edimburgo del poder para celebrar el segundo referéndum independentista desde 2014.
Pero, durante la campaña, Johnson rechazó la opción de un segundo referéndum en Escocia a corto o medio plazo y este 13 de diciembre reafirmó su objetivo de sacar a "la totalidad del Reino Unido" de la Unión Europea el 31 de enero de 2020.
Escocia votó mayoritariamente en contra del Brexit en 2016 y demostró su oposición al liderazgo y el programa de Gobierno de Johnson en estas legislativas, según recalcó la ministra principal de la autonomía.