La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) envió un equipo de expertos para investigar las denuncias sobre un ataque químico llevado a cabo en la ciudad siria de Duma el 7 de abril de 2018. Como resultado, se elaboró un informe que determinaba el uso de cloro en el ataque, una sustancia tóxica prohibida por muchos convenios internacionales.
Sin embargo, WikiLeaks publicó un correo que uno de los autores del informe presentó a su jefe de Gabinete, Robert Fairweather, el 22 de junio.
Según el autor de la carta, en la versión editada de sus informes se trata la información de una forma muy selectiva, con omisiones, introduciendo un sesgo que socava la credibilidad del informe. En algunas conclusiones incluso se proporciona información falsa. Además, se afirma que los hechos cruciales, que han quedado en la versión final "se han transformado en algo muy diferente a lo que se redactó originalmente".
Manipulaciones del informe
Como ejemplo, en la versión original del informe se enfatizó que no había pruebas suficientes para afirmar que hubiera una sustancia venenosa en los galones encontrados en el sitio del supuesto ataque. No obstante, de la versión editada posteriormente, esta parte fue omitida, lo que es "una desviación importante del informe original", según el autor.
Además, la carta señala que los comentarios de la comisión sobre los síntomas de las víctimas, que eran diferentes de los que se pueden observar con intoxicación química, se eliminaron de la versión editada del informe.
"Omitir esta sección del informe (incluida la Epidemiología que se ha eliminado en su totalidad) tiene un grave impacto negativo en el informe, ya que esta sección está indisolublemente vinculada al agente químico identificado. En este caso, la confianza en la identidad del cloro o cualquier otro agente de asfixia es cuestionada precisamente por la inconsistencia con los síntomas reportados y observados. La inconsistencia no solo fue notada por el equipo de la misión de investigación, sino que también fue fuertemente apoyada por tres toxicólogos con experiencia en exposición a agentes de guerra química", afirma el correo.
La versión final del informe establece que la misión investigadora de la OPAQ encontró evidencia del uso de cloro en Duma. Lo cierto es que las cantidades de esa sustancia tóxica encontradas fueron tan pequeñas que podría tratarse de un detergente blanqueador común y no de un arma química. Las secciones que discuten esto están en gran parte ausentes del informe final.
"En la mayoría de los casos, estaban presentes solo en partes por rango de mil millones, tan bajas como 1-2 ppb, que es esencialmente cantidades traza (...) Esta información fue importante para evaluar la probabilidad de la 'presencia' de químicos tóxicos y no del 'uso' de químicos tóxicos", indica el correo electrónico.
Se afirma que estos cambios se hicieron a instancias de la Oficina del Director General, un puesto que en ese momento ocupó el diplomático turco Ahmet Üzümcü y quien desde entonces ha sido reemplazado por el español Fernando Arias.
¿Un ataque o un pretexto?
El ataque en cuestión fue ampliamente atribuido al Ejército sirio por los medios occidentales, basándose en informes de las fuerzas rebeldes que estaban presentes en Duma en ese momento. Esta versión fue respaldada por los gobiernos de EEUU, Reino Unido y Francia. Los tres países llevaron a cabo ataques aéreos contra objetivos en Siria en respuesta, el 14 de abril de 2018.
Los ataques tuvieron lugar incluso antes de que el equipo de investigación obtuviera acceso al lugar de los hechos en Duma, la misión allí se retrasó durante casi dos semanas por rebeldes atrincherados combatientes y enfrentamientos posteriores entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales que se mudaron a la zona. Al llegar, el equipo encontró que gran parte de la evidencia física, incluidos los cuerpos de los fallecidos, ya no estaba disponible. Se alegó que 49 habían muerto y hasta 650 habían sido gravemente afectados por un gas químico armado liberado en un área específica de Duma en poder de los rebeldes ese día de abril.
Los rebeldes afirmaron que el gas provenía de cilindros arrojados desde aviones, lo que implica claramente a las fuerzas del Gobierno sirio que tenían una superioridad aérea completa.
El informe final parece respaldar estas conclusiones, pero el autor del correo electrónico publicado describe algunos aspectos específicos que considera "particularmente preocupantes".