Defensa

¿Tiene ya sentido mantener la OTAN?

"Lo que estamos actualmente experimentando es la muerte cerebral de la OTAN". Así de contundente y expresivo se muestra el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Se puede decir más alto pero no más claro. La pregunta evidente es: ¿está en lo cierto Macron? Parece que sí.
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La Alianza Atlántica, apostilla el máximo dirigente político galo, "solo funciona si el garante del último recurso funciona como tal. Yo diría que deberíamos reevaluar la realidad de lo que es la OTAN a la luz del compromiso de Estados Unidos". Washington, en su opinión, está dando la espalda al Viejo Continente, y pone como ejemplo de ello la inesperada retirada, ordenada a mediados de octubre, de las tropas del Pentágono del noreste de Siria, abandonando a su suerte a sus hasta entonces aliados kurdos.

El hipotético Ejército europeo, ¿formado por mercenarios y dirigido contra Rusia?
Macron levanta ampollas entre sus socios continentales cuando declara sin rubor que el presidente de EEUU, Donald Trump, no comparte su idea común del proyecto europeo, porque está más ocupado en el ascenso comercial y militar de China y en su lucha hegemónica con Rusia e Irán y ahora también con Turquía, un destacado miembro de la OTAN.

Europa anda sola

Europa se está debilitando a marchas forzadas a consecuencia del Brexit y la desaceleración económica global. Corre el riesgo de caer en la irrelevancia. Si no lo ha hecho ya. Y ese distanciamiento es un error histórico.

Durante 60 años, todas las administraciones estadounidenses, fueran demócratas o republicanas, pensaban que había que promover la integración europea porque eso favorecía sus propios intereses nacionales. Eso ha cambiado y ahora EEUU considera que la Unión Europea (UE) es, de hecho, un enemigo y la OTAN, un lastre.

Esta tormenta perfecta era "impensable hace cinco años", argumenta Macron entrevistado recientemente por la revista británica The Economist en el Salón Dorado del Palacio del Elíseo, donde solía trabajar su predecesor, Charles de Gaulle. "Si no nos despertamos (...) existe un riesgo considerable de que a largo plazo, desapareceremos geopolíticamente, o al menos no controlaremos nuestro destino", añadió.

El mensaje que subyace tras las palabras de Macron es que Europa necesita sacudirse el letargo en que vive, y pensar y actuar, de verdad, como la poderosa agrupación económica que es. Eso debería comenzar con la recuperación de la "soberanía militar" —esto es, sin el paraguas de la OTAN— y con la reapertura del diálogo con Rusia a pesar de las reticencias de Polonia y las tres repúblicas bálticas. El primer paso pasaría por la suspensión de las sanciones económicas decretadas contra Moscú a partir de 2014. Mantener el statu quo sería un "gran error" para París, que apuesta, pues, por el posibilismo.

Los tres principales talones de Aquiles de la OTAN en un potencial conflicto con Rusia
Europa, subraya el presidente francés, todavía debe comprender la inmensidad del desafío que tiene por delante en el siglo XXI. Está anclada al pasado, a la convicción errónea de que el comercio y los derechos humanos son suficientes para garantizar la paz mundial. Pero EEUU se está volviendo cada vez más proteccionista y han aparecido nuevas amenazas que se suman a las viejas conocidas.

París defiende el criterio de que Europa puede establecer mejor su influencia global como un poder mediador, por ejemplo, entre China y Estados Unidos, evitando así que todo el mundo se incendie a consecuencia de una guerra comercial o incluso convencional. Pero eso significa fortalecer su política exterior y de defensa a nivel continental. No actuar a trompicones o bajo presión.

Estructuras militares europeas

Macron considera que su nueva Iniciativa Europea de Intervención (EI2, por sus siglas en inglés) y la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO, por sus siglas en inglés) de la UE pueden servir para integrar proyectos y operaciones militares conjuntas y aumentar las capacidades defensivas de Europa, convirtiéndose así en el fundamento para un escenario post-OTAN.

  • La PESCO, respaldada por el Fondo Europeo de Defensa, es un proyecto de unión militar aprobado en 2017 por 25 Estados comunitarios que pretende crear una "doctrina militar de defensa común".
  • La EI2 es una idea eminentemente francesa, fuera del marco de la UE y de la OTAN, activada en 2018 y mucho más ambiciosa que la PESCO.

Aunque estos dos bloques están todavía en construcción y desarrollo, ya representan alternativas reales a la Alianza Atlántica. Sin embargo, un universo sin la OTAN, es decir, que represente la salida de Estados Unidos de Europa, provocaría brechas importantes en áreas sensibles como la defensa aérea y de misiles, la inteligencia o el reabastecimiento de combustible aéreo. Eso podría mover a algunos a gobiernos de Europa del Este a no invertir en esas brechas, ya que tienen otras prioridades, y a sentirse tentados a adaptar la OTAN, poniéndose al dictado de Washington.

¿Tiene ya sentido mantener la OTAN?

Los críticos de Macron se burlan de él asegurando que está borracho de poder y de protagonismo. Polonia se alarma ante la mera idea de separarse de Estados Unidos y perseguir la distensión con Rusia. Otros países, como Italia y España, están demasiado ocupados en solucionar sus problemas internos como para desplegar una gran visión global.

Alemania también es consciente de que los tiempos en los que podían contar con la ayuda de otros han terminado. No hace mucho, la propia canciller federal, Angela Merkel, insistía, como Macron, en que los europeos deben "tomar su destino en sus manos". Autonomía y control implican poder y responsabilidad. Lástima que Merkel haya anunciado que se retira de la política en 2021, porque su experiencia sería extremadamente útil en este delicado proceso transformador que se abre ante nosotros.

El enemigo mayor de la OTAN está adentro
Al haberse cumplido este año su 70º aniversario y desaparecido en 1991 su único rival como tal, el Pacto de Varsovia, la Alianza, que era un elemento fundamental de la cohesión transatlántica, se ha sentado en el diván del psicoanálisis porque ha perdido gran parte de su razón de ser. Esa profunda pérdida de sentido es abiertamente debatida por los politólogos de toda Europa, incluidos los militares.

Muchos expertos consideran que la OTAN se ha convertido en una proyección del proyecto internacional de EEUU, donde se percibe un problema de liderazgo y una errática política exterior.

La organización, escribe el general español Luis Feliu Bernárdez, "debe reflexionar y asumir los errores cometidos por la misma OTAN y las coaliciones organizadas sobre la base de importantes miembros de la Alianza en Kosovo, Libia, Irak, Irán, Siria o Afganistán".
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