Esta división se evidencia en las declaraciones de los altos funcionarios, políticos, expertos, incluso en las redes. A pesar de la firme postura del Gobierno mexicano de apoyar a Evo Morales, el Congreso de este país, que está a punto de recibir al expresidente, tampoco ha respondido de forma unánime ante la noticia.
En su análisis destacó que, a pesar "que el conflicto que inicia por el alego del fraude electoral y que el presidente Evo Morales llamó a elecciones y a una mesa de diálogo, buscando resolver el conflicto de manera pacífica, la derecha actúa de manera violenta, generando las condiciones para un golpe de Estado", sostuvo.
"Hacemos un respetuoso llamado a la OEA a mantenerse a la altura del proceso democrático y la garantía de libertades en Bolivia", enunció la senadora Hernández.
"Es grave y lamentable que organizaciones internacionales se ausenten o aparezcan cuando les conviene o aparezcan y sean cómplices de estos procesos golpistas", sentenció.
Los de más críticos respecto a la decisión de dar asilo a Evo Morales fueron los militantes del Partido Acción Nacional (PAN). Su presidente nacional, Marko Cortés, subrayó en sus redes que con la dimisión de Evo "ha llegado la hora de reconciliación social y trabajo para restaurar la democracia en Bolivia", dado que considera la presidencia de Morales como un ejemplo de dictadura.
"Esperamos que en América Latina se restablezcan los contrapesos democráticos, el orden y Estado de derecho", prosiguió.
La también miembra del PAN, Mariana Gómez del Campo, se mostró en contra de la llegada de Morales a México.
"Ahora nos tocará a todos los mexicanos mantener al dictador y delincuente electoral Evo Morales en nuestro país. ¿Por esto votaron? El colmo del cinismo", comentó en sus redes marcando su entrada con la etiqueta #EvoNoEresBienvenidoEnMexico.
El presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno Cárdenas, fue más moderado en su comentario. Expresó el respeto del PRI hacia la decisión del expresidente de Bolivia de dimitir y subrayó que el pueblo de Bolivia mantiene su derecho a la autodeterminación y a elegir su destino, "y el resto de las naciones debemos respetar su soberanía". Sin embargo, dejo sin comentario la decisión de su propio Gobierno de prestarle asilo a Evo.
Evo Morales anunció su dimisión como presidenre de Bolivia el 10 de noviembre tras tres semanas de manifestaciones ciudadanas, algunas violentas, contra su reelección. El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, confirmó en su comentario en Twitter que su país estaba dispuesto a ofrecer asilo al expresidente si este decide solicitarlo.
"México mantendrá su posición de respeto a la democracia y las instituciones. Golpe no", expresó.
Más tarde, anunció que Evo Morales aceptó la invitación de México para recibir asilo político.