La activación de un plebiscito requiere la luz verde del Gobierno del Reino Unido y una revisión de la Ley de Escocia, en concreto artículos de la Sección 30, que tratan de cuestiones constitucionales, que no han sido transferidas a Edimburgo.
"La petición de la Sección 30 se entregará, antes de Navidad, a quien quiera que esté en Downing Street", afirmó Sturgeon en alusión a la residencia oficial de los primeros ministros del Reino Unido.
El Parlamento británico aprobó la semana pasada la propuesta del Ejecutivo de Boris Johnson para adelantar las elecciones generales al próximo 12 de diciembre.
"Es vital que Escocia tome el control de su futuro", defendió la dirigente nacionalista en Leith, un barrio a las afueras de Edimburgo que enmarcó la mítica película de los años noventa, Trainspotting.
Sturgeon participará en una manifestación pro-independencia que se ha convocado para este 2 de noviembre en Glasgow, según confirmó su equipo de prensa.
Será su primera intervención en un evento público soberanista desde que tomó las riendas del Partido Nacional Escocés y del poder autonómico en 2014.
El 55% del electorado de Escocia dijo "No" la independencia en el plebiscito de 2014, lo cual provocó la dimisión del entonces ministro principal de la autonomía, Alex Salmond.
El proceso del Brexit, al que Escocia se opuso con una mayoría del 62% de los sufragios en la región, ha dado pie a Sturgeon a reactivar los planes para celebrar una segunda consulta sobre la relación con el resto de naciones del Reino Unido.