"Diálogo siempre abierto, pero por encima del diálogo aquí lo primero es respetar nuestras normas internas, nuestra Constitución. Hago un llamado a organismos, a personalidades, a respetar nuestra Constitución Política del Estado", dijo el gobernante en conferencia de prensa.
Morales hizo estas declaraciones después de volver a proclamarse ganador en primera vuelta de las elecciones nacionales que se celebraron el 20 de octubre, aunque señalando que aún faltan computar unos 120.000 votos que aseguró son del área rural, tradicionalmente oficialista.
"Ya ganamos en la primera vuelta. Falta [escrutar] 1,58%, de acuerdo al informe preliminar que tenemos es voto de áreas rurales. ¿Cómo es posible que algunos grupos desconozcan el voto indígena?", cuestionó Morales expresando satisfacción por el avance del cómputo, en el que estaban pendientes de sufragio unas 600 actas, lo que supone unos 120.000 votos.
El presidente boliviano cuestionó un informe preliminar de la Misión de Observación de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que al contrario de lo que dispone la constitución boliviana, sugirió una segunda vuelta entre él y el expresidente Carlos Mesa, incluso si el resultado final del cómputo electoral da un ganador en primera ronda.
"Que se demuestre que ha habido fraude [...] pero primero es su responsabilidad respetar nuestra Constitución, de cualquier organismo, cualquier personalidad", añadió el mandatario, asegurando que hasta ahora los denunciantes del supuesto fraude, encabezados por Mesa, no han presentado pruebas.
El gobernante lamentó que, en esta situación y antes de que concluya el cómputo, la misión de la OEA haya emitido opiniones y sugerido realizar una segunda vuelta contra lo que dispone la Constitución pero en línea con lo que plantean Mesa, otros opositores y comités cívicos regionales que han declarado paros contra el "fraude".
"No quiero entender que la misión de la OEA ya está con el golpe de Estado; es un golpe de Estado interno y externo", insistió, recordando su denuncia del martes de que las movilizaciones opositoras serían parte de un plan subversivo.
La Constitución boliviana exige que, en caso de no lograr mayoría absoluta, el primer candidato presidencial obtenga al menos 40% de los votos válidos, con una diferencia mínima de diez puntos sobre su principal rival, para ser declarado ganador de los comicios.
Morales, por su parte, el 23 de octubre reiteró su proclama anticipada de victoria, denunciando a la vez que las movilizaciones contra el cómputo serían parte de un golpe de Estado de la derecha.
El avance del escrutinio, en el que Morales mantuvo una firme tendencia ascendente en los dos últimos días, había resultado obstaculizado desde la noche del 22 de octubre por la destrucción de dos oficinas electorales regionales durante las protestas opositoras.