"Nuevamente un grupo vandálico prende fuego en la Contraloría General", dijo el domingo la ministra de Gobierno ecuatoriana, María Paula Romo, en su cuenta de la red social Twitter.
El sábado 12 la Contraloría ya fue atacada por grupos de encapuchados que quemaron oficinas, destruyeron las cámaras de seguridad e incluso documentos, aunque el organismo aclaró que la mayor parte de documentos, sobre todo los que tienen que ver con casos de corrupción, están digitalizados y a buen recaudo.
Mientras el domingo 13 se daba el nuevo ataque a la Contraloría, brotes de manifestaciones comenzaban a verse sobre todo en sitios aledaños a la Asamblea Nacional y al tradicional Parque El Arbolito, en donde están concentrados varios grupos de indígenas protestantes.
El mayor rechazo se da a la decisión del Ejecutivo de eliminar los subsidios a la gasolina de 87 octanos y al diésel, vigentes por más de 45 años en el país, y con la que se busca enfrentar la aguda crisis económica y el abultado déficit fiscal del país.
Desde las 11.30 local hasta las 20.00 local el Gobierno levantó el toque de queda que regía desde la víspera.
Los dirigentes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) han denunciado que el Gobierno trataba de dividir al movimiento indígena y a los trabajadores y aseguraron que no lo permitirán y que se mantendrán en pie de lucha.
La Conaie pide, entre otras cosas, la derogatoria del decreto que eliminó el subsidio a los combustibles, así como la salida de los ministros de Defensa y de Gobierno, a quienes acusan de haber conducido una violenta represión contra los manifestantes.