Las protestas, dirigidas por los pueblos indígenas, se han tornado violentas en los últimos días. Este hecho ha llevado al presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, a anunciar que el Gobierno se mudará de Quito, la capital ecuatoriana, a Guayaquil.
Moreno ha achacado las manifestaciones masivas a la capacidad de influencia del expresidente Rafael Correa y su aliado venezolano, Nicolás Maduro.