Este 9 de octubre el canciller ruso, Serguéi Lavrov, declaró que Moscú facilitaría el comienzo del diálogo exhaustivo entre los kurdos sirios y Damasco y espera que otros países también apoyen la celebración de consultas entre ambas partes.
El documento añade que la administración kurda espera que las negociaciones, en caso de celebrarse, surtan efecto y que se logre impedir que se repita la situación parecida a la de Afrín, cantón donde Ankara y sus aliados de grupos opositores sirios lanzaron en enero de 2018 una operación contra grupos yihadistas y las Unidades de Protección Popular (YPG) y al cabo de dos meses de combates dieron por terminada la ofensiva, al tomar la zona bajo su control.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció el comienzo de la operación turca, bautizada como Fuente de Paz, en el norte de Siria, al este del Éufrates, contra el PKK/YPG (Partido de los Trabajadores del Kurdistán/Unidades de Protección Popular) y los terroristas de ISIS (prohibido en Rusia).
El portavoz de la presidencia turca, Ibrahim Kalin, señaló previamente que la operación no apunta contra la integridad territorial de Siria y solo busca acabar con los terroristas kurdo-sirios (las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que Ankara vincula con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), proscrito en Turquía), proteger las fronteras de Turquía y garantizar el retorno seguro de los refugiados.
Damasco no reconoce la autonomía kurda en el noreste de Siria, que controla los territorios al este del río Éufrates, ni su ala militar, las FDS.
Además, el Gobierno sirio rechaza el acuerdo turco-estadounidense para coordinar las operaciones conjuntas en el norte de Siria, denunciando que atenta contra la soberanía y la integridad territorial de Siria y viola el derecho internacional.