"El sector demócrata acompañará a los manifestantes hasta que saquemos a Jovenel Moïse (…) La gente debe permanecer movilizada hasta que hayamos instalado un presidente y un gobierno interino en el país; continuamos luchando para romper el sistema de opresión", publicó el líder opositor André Michel en su cuenta de la red social Twitter.
Las manifestaciones, convocadas por voceros opositores desde el pasado fin de semana, partieron del capitalino distrito de Solino y derivaron en enfrentamientos con la policía, que repelió los ataques con gases lacrimógenos, reportó el diario Le Nouvellise.
Los activistas denuncian la corrupción pública y la inflación creciente, así como el desabastecimiento de gasolina en la capital, pues los proveedores exigen al Gobierno el pago de más de 100 millones de dólares adeudados.
El pasado 7 de febrero miles de haitianos salieron a las calles para exigir la dimisión de Moïse, a quien responsabilizan de la crisis económica y de la malversación de fondos del proyecto energético Petrocaribe, concebido para financiar programas sociales urgentes.
El fin de semana transcurrió en medio de una tensa calma, pero este lunes estallaron las protestas tras una reunión de la oposición con el llamado "Core Group", integrado por los representantes de Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea y diplomáticos de Alemania, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos y Francia.
El canciller de Haití, Bocchit Edmond, afirmó el pasado sábado ante la Asamblea General de Naciones Unidas que Moïse invitó a un diálogo constructivo e incluyente para lograr un acuerdo político que apacigüe a la sociedad, consolide las instituciones democráticas y garantice la estabilidad sociopolítica y económica.
La situación económica de Haití empeoró en los últimos meses por la depreciación de la moneda, el gourde, en el país más pobre de América Latina, y las protestas iniciadas el 7 de febrero dejaron varias decenas de muertes y cientos de heridos.