La única condición que puso Jameneí, según esta fuente, fue realizarlo de una manera que permitiera negar luego la implicación de Teherán.
Teherán rechazó su implicación en términos categóricos.
Según CBS News, la retroingeniería permite determinar a partir de las placas de circuito impreso la trayectoria exacta de esas armas, pero funcionarios estadounidenses afirman que la principal prueba inculpatoria son las fotos satelitales sin editar que muestran a la Guardia Revolucionaria iraní haciendo los preparativos para el ataque en la base aérea de Ahvaz, en el suroeste de Irán.
Se supone que los proyectiles volaron desde allí unos 640 kilómetros a través del espacio aéreo kuwaití hasta golpear sus objetivos en el este de Arabia Saudí.
"Nos pillaron completamente desprevenidos", reconoció un funcionario estadounidense.
Saudi Aramco reconoció que los ataques redujeron su producción diaria en 5,7 millones de barriles.
Los precios del petróleo, tras experimentar el 16 de septiembre una subida sin precedentes desde la Guerra del Golfo, retrocedieron al día siguiente alrededor de un 6% tras constatarse que Riad podrá recuperar su capacidad de producción antes de lo esperado.