"Lo mínimo que ya se está produciendo es un clima adverso para la votación, el aplazamiento electoral no ha sido planteado por nadie, pero no puede ocultarse que de ser algo impensable pasó a ser mencionado en varios círculos", dijo a Sputnik el analista Vicente Guardia.
Otro analista, Iván Arias, publicó en el diario opositor Página Siete una nota en la que sugiere que el oficialismo podría aprovechar la actual tensión para posponer los comicios por un año, dándose supuestamente tiempo para recuperar los puntos que habría perdido por el desastre de los incendios.
Morales, quien gobierna Bolivia desde 2006, pretende ganar un cuarto mandato consecutivo alentado por una exitosa gestión económica, pero su habilitación como candidato es rechazada firmemente por diversos sectores de oposición que la consideran ilegal y hasta inconstitucional.
Los análisis de Guardia y Arias surgieron al día siguiente de que los comités cívicos de seis de los nueve departamentos de Bolivia decidieran intensificar sus protestas contra la eventual reelección de Morales, ratificando un paro semi nacional por tiempo indefinido que comenzaría 10 días antes de los comicios.
Añadió que los comités cívicos, teóricamente independientes, pero que en los últimos años se han alineado claramente en la oposición, mantienen "invariable" también su exigencia de renuncia del Tribunal Supremo Electoral (TSE), al que tildan de oficialista por haber avalado la repostulación de Morales.
Guardia, sociólogo del centro privado de investigación Comunidad Cívica, dijo que el paro cívico convocado y las elecciones son "absoluta y mutuamente excluyentes".
"Si el paro cívico llega a realizarse con un mínimo de éxito, así sea solo en algunas regiones, será prácticamente imposible una elección, habrá un estado de agitación y hasta convulsión", previno el analista.
Advirtió, además, que una eventual renuncia del TSE obligaría a posponer los comicios por varios meses y "no resolvería nada porque la designación de nuevos vocales o la aprobación de cualquier ley especial corresponden únicamente a la Asamblea Plurinacional, controlada por el oficialismo".
Eventualmente el Gobierno podría declarar un estado de emergencia para convocar a una asamblea constituyente, señaló, en su análisis titulado "Lo que viene: ¿habrá elecciones?".
El riesgo de imposibilidad de las elecciones fue dicho el 13 de agosto pasado por el mismo Morales, en un discurso en un área rural en el cual afirmó que "quienes conspiran contra el Tribunal Electoral conspiran contra la democracia, quienes objetan al Tribunal no están de acuerdo con las elecciones".
Morales denunció entonces el "doble discurso" de candidatos opositores como el expresidente Carlos Mesa (2003-2005) y el senador Óscar Ortiz que compiten por la Presidencia, pero al mismo tiempo rechazan las decisiones del TSE.
El líder del Comité Cívico Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, aseguró, en una declaración de mediados de agosto pasado al diario El Deber, que "si para darse esta figura (renuncia del TSE) las elecciones deben suspenderse, creemos firmemente que nuestra democracia vale más que una fecha en el calendario electoral".
Se refería a los incendios que en los últimos días han afectado hasta dos millones de hectáreas de bosques y pastizales en la región de la Chiquitanía cruceña y al pedido de declaración de desastre nacional, que el Gobierno de Morales ha descartado repetidamente.
El 21F es la referencia a un referéndum del 21 de febrero de 2016 que rechazó por escaso margen la posibilidad de reelección indefinida, pese a lo cual los tribunales Constitucional y Electoral avalaron luego la nueva repostulación de Morales.