"Hoy el país está siendo destrozado por un gobierno de traidores (...) Están entregando criminalmente las empresas, los bancos públicos, el petróleo, los minerales y el patrimonio que no les pertenece a ellos, sino al pueblo brasileño", arremetió Lula en 25 tuits que escribió para saludar a sus seguidores.
"Hasta la Amazonía está amenazada por un gobierno que no sabe y no quiere defenderla; que incentiva la deforestación, no protege la biodiversidad ni a la población que depende del bosque vivo", expresó Da Silva, al tiempo que advirtió que "el mercado no va a proteger uno de los mayores territorios del mundo, el subsuelo y la plataforma continental; la Amazonía, Cerrado, Pantanal".
El expresidente destacó la creación de las empresas estatales Petrobras, Electrobras, el BNDES y las grandes siderúrgicas hidroeléctricas, entre otras, y lamentó que "lo que fue construido con esfuerzo de generaciones está amenazado de desaparecer o ser privatizado en perjuicio del país, como hicieron con Telebras, Vale, CSN, Usiminas, la red ferroviaria, Embraer".
"Bolsonaro entregó nuestra política exterior a los Estados Unidos, dio, a cambio de nada, la Base Alcântara, una posición privilegiada donde podríamos desarrollar un proyecto aeroespacial brasileño (...) Ha rebajado la diplomacia a una cuestión de familia y asesores que dicen que la tierra es plana", ironizó Da Silva antes de decir que Bolsonaro "cambió nuestras conquistas en la OMC por la ilusión de OCDE, el club de los ricos que lo desprecian" y que "anunció un acuerdo con la Unión Europea, sin sopesar ventajas y pérdidas, y ahora juega a la guerra con los europeos para seguir el juego de (Donald) Trump".
Asimismo dijo que "ningún país nace grande, pero ningún país cumplirá su destino si no construye su propio futuro" e instó al pueblo brasileño a "tomar su propio camino antes que sea demasiado tarde para salvar el futuro".
Como parte de estas investigaciones, el juez Sérgio Moro (hoy ministro de Justicia y Seguridad) condenó en 2018 a más de 12 años de prisión a Lula, acusándolo de recibir un departamento como supuesta coima.
La sentencia impidió al exmandatario participar en las elecciones de ese mismo año, en las cuales las encuestas lo daban como el favorito.