"Los inversores siguen siendo cautelosos sobre el futuro estado de la economía [brasileña]. Eso lleva a que nadie quiera arriesgarse. Cuando observamos la situación dentro [del país] y fuera, a quienes escuchamos son a inversores muy perspicaces que entienden que hay economías con las mismas —si no mejores— oportunidades y potencial de crecimiento que en Brasil. Hoy en día, Brasil no es capaz de garantizar eso", explica a Sputnik Juliana Inhasz, economista y docente del Instituto de Educación e Investigación de Sao Paulo.
Según Inhasz, impulsar reformas puede ayudar a cambiar la sensación de que Brasil no es el lugar ideal para invertir. "Me parece que a día de hoy el Gobierno depende en inmensa medida de una reforma de las pensiones para lanzar una señal al exterior de que el país puede resultar interesante para eso", añade.
No solo gas y petróleo
"El sector agrario es muy interesante. Es, sin duda, atractivo [para el inversor extranjero] porque es donde Brasil tiene más ventaja competitiva por el clima, por su relieve y por experiencia productiva. Es un hecho que Brasil debería apostar bastante por él. El país debería de alguna forma intentar invertir en los negocios agrarios más atractivos", subraya.
El repunte del 0,4% en el PIB brasileño fue impulsado por el crecimiento de la industria y los servicios, informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). A pesar de que no llega al 1%, el crecimiento aleja la posibilidad de una recesión técnica, un fantasma que acecha a la mayor economía de Sudamérica en medio de una crisis global por la falta de inversiones y que tiene a 12 millones de personas sin empleo.