El Reino Unido trata de alejarse cada vez más de la Unión Europea y esto en gran medida tiene que ver con el Brexit. Londres tiene ansias de ser autosuficiente, sobre todo en lo que se refiere a la industria militar. La parte británica tenía previsto en el pasado formar parte del proyecto franco-germano del caza de sexta generación Future Combate Air System (FCAS).
Sin embargo, su participación permanece en suspenso y una de las posibles razones es la incertidumbre en cuanto al futuro de la cooperación entre los países después de la salida del Reino Unido de la UE.
Ahora los desarrolladores del programa FCAS, Dassault Aviation y Airbus, planean cooperar con España. La compañía británica que iba a tomar parte en el proyecto, BAE Systems, ha empezado a desarrollar el Tempest, su propio proyecto de caza de nueva generación. El entonces secretario de Estado para la Defensa, Gavin Williamson, presentó en julio de 2018 el modelo a escala del futuro avión.
Pese al empeño con el que Londres aspira a crear el caza de producción propia, será bastante difícil lograr que el proyecto se consolide sin ayuda. Desde este punto de vista, incluso el Brexit ya no es ningún obstáculo.
Con el objetivo de poder seguir adelante con el programa, el Reino Unido decidió aliarse con Suecia, país de donde proviene la empresa Saab, fabricante de los cazas Gripen. Si las dos partes hacen un poco de magia, el proyecto Tempest sí podría llegar a buen puerto.
Suecia en realidad no es el único socio europeo del programa. El proyecto está siendo realizado por un consorcio de empresas, Team Tempest, que consta del BAE Systems, Rolls-Royce —que se especializa en los propulsores—, la italiana Leonardo, la paneuropea MBDA —centrada en misiles—, así como el Ministerio de Defensa del Reino Unido.
Por ahora no está claro en qué medida Roma tomará parte en el proyecto y si va a convertirse en el socio internacional del programa, como ya hizo Estocolmo. Asimismo, BAE Systems podría tener planes de proponerle a la Fuerza Aérea india cooperar en el diseño y la fabricación del Tempest.
¿Cómo serán las características principales del caza?
Hasta el día de hoy se desconocen las medidas y las especificaciones precisas del Tempest. Sin embargo, en fuentes de acceso abierto se explican las presumibles características. Se espera que la aeronave vuele tanto con piloto a bordo como en el modo no tripulado. La capacidad de realizar operaciones no tripuladas, a su vez, puede reducir sensiblemente el número de bajas.
El piloto podrá controlar un enjambre de drones desde el caza. El Tempest estará equipado con un arma de energía dirigida, probablemente un láser de alta potencia. Y estará dotado de diferentes tipos de sensores, incluidos los electroópticos tanto activos como pasivos.
El caza será apto para detectar e interceptar amenazas gracias a los dispositivos de apoyo electrónico avanzados. También podrá cambiar sus sistemas de a bordo en función de la misión que tenga encomendada. Por ejemplo, el Tempest podría ir equipado con tanques de combustible adicionales. Se espera que el sistema de la aeronave utilice el plug and play, que posibilitará integrar nuevos tipos de hardware de manera más fácil.
El piloto estará equipado con un casco multifuncional que permitirá controlar el vuelo gracias al uso de tecnología de realidad aumentada. El sistema monitorizará el movimiento de los ojos para ejercer el control del avión. Además, el piloto podrá acudir a pantallas virtuales simplemente con un movimiento de las manos. La pregunta es si dicho sistema será fiable y qué pasará en caso de que falle.
Para conocer los pormenores del desarrollo del proyecto Sputnik envió sus preguntas a BAE Systems y al Ministerio de Defensa de Reino Unido. Sin embargo, ninguno de los dos quiso entrar en detalle y simplemente compartieron con esta agencia varios enlaces de fuentes abiertas.
Según el sitio web de BAE Systems, la prioridad es que el avión del futuro sea asequible desde el punto de vista del precio y tenga la posibilidad ser modernizado. Esto es realmente importante, puesto que competirá en el mercado con otras aeronaves de nueva generación, como las del consorcio franco-germano-español FCAS.
El caza como tal está creado para sustituir a los Eurofighter Typhoon, que dejarán de formar parte de la Real Fuerza Aérea británica a principios de la década del 2040.
Está previsto que el Tempest alcance la capacidad operativa inicial para 2035. De acuerdo con los planes, el caza del futuro estaría en servicio hasta 2080.
Londres ya ha destinado más de 2.000 millones de libras —unos 2.500 millones de dólares— a las primeras etapas de desarrollo del programa.
En resumidas cuentas, el Reino Unido tiene grandes planes respecto al futuro de su aviación, si bien, a día de hoy, no queda claro cómo planea desarrollar el aparato de sexta generación si todavía carece de la experiencia necesaria en la creación de aviones de combate de quinta generación. Incluso si Londres consigue llegar a ciertos avances en el proyecto Tempest, no será un camino de rosas.