"Ambos gobiernos acordaron intercambiar información de sus respectivas investigaciones, en estricto apego a los marcos normativos de cada país; México y EEUU coincidieron en la necesidad de colaborar juntos, sin intervenir en sus jurisdicciones", dice un comunicado conjunto de la cancillería y la fiscalía mexicana.
La reunión fue convocada para "dar seguimiento a las investigaciones del atentado terrorista", perpetrado en El Paso, Texas, añade el comunicado.
La delegación del Gobierno de México manifestó a las autoridades estadounidenses "su preocupación por el acto cometido".
Asimismo, expresó "su consternación por un posible vínculo del ejecutor del crimen con organizaciones supremacistas raciales, y reiteró la importancia de llevar a cabo una investigación profunda de los hechos y de sus causas".
Tras su detención, confesó en sus primeras declaraciones a la justicia estadounidense que manejó su auto más de 900 kilómetros con el objetivo de atacar a los ciudadanos mexicanos que acudían a ese supermercado en la frontera sur de EEUU.
Al encuentro que presidió el fiscal general Gertz Manero también asistió un representante de la cancillería mexicana no identificado.
También participaron representantes de la embajada de EEUU en México, así como funcionarios de la Agencia Federal de Investigaciones.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, ha manifestado la determinación de las autoridades de su país de denunciar judicialmente y en instancias internacionales el caso como "atentado terrorista de odio" contra la comunidad mexicana en EEUU.