"Cuando se ve afectado el bienestar de siete millones de personas, mis colegas y yo tenemos la responsabilidad de defender nuestras posiciones", afirmó Lam, citada por el diario South China Morning Post, durante una rueda de prensa.
Rodeada de otros altos cargos, Lam dijo que "el Gobierno está resuelto a mantener la ley y el orden en Hong Kong y restablecer la confianza.
Durante su intervención, Lam condenó a elementos violentos que arrojan adoquines y cócteles Molotov hacia la policía, sitian las comisarías y bloquean el transporte.
Para Lam, estas acciones desafían el principio de "un país, dos sistemas" y amenazan la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong".
Desde junio millones de personas protestan en Hong Kong contra la polémica ley de extradición, que permitiría a Hong Kong entregar a prófugos a los territorios con los que no tiene acuerdos formales de extradición, como Taiwán, Macao y la China continental.
Quienes impugnan la normativa temen que daría luz verde para la entrega a Pekín de disidentes políticos y funcionarios corruptos.
El 15 de junio, el Gobierno de Hong Kong suspendió el controvertido proyecto de ley, pero se negó a revocar por completo las enmiendas correspondientes, por lo que las protestas continuaron.