"Todo el mundo vio que él quiere para los próximos años un gobierno izquierdista", dijo Casado en declaraciones a los medios de comunicación para justificar su rechazo a apoyar un eventual nuevo intento de Sánchez por ser investido.
No obstante, Casado no cerró la puerta a colaborar a nivel parlamentario con Sánchez, si finalmente consigue sacar adelante "acuerdos en pactos de Estado" y para asegurar la estabilidad presupuestaria del país.
"Más no podemos hacer", apostilló el líder conservador.
Tras la sesión de investidura fallida de Sánchez, el rey de España, Felipe VI, deberá realizar una nueva ronda de consultas entre los grupos con representación en el Congreso de los Diputados para decidir si propone un candidato para un segundo intento o si, por el contrario, da por perdida la legislatura y convoca elecciones.
Pedro Sánchez afirmó que no tirará la toalla tras la investidura fallida y en la noche del 25 de julio anunció que buscará acuerdos con las principales fuerzas políticas del país para poder ser investido si el rey le remite un nuevo encargo para pedir la confianza del Congreso.
Si el Congreso de los Diputados no consigue haber elegido un nuevo presidente del Gobierno para el 23 de septiembre se procederá automáticamente a una repetición electoral.