"El Superior General de la Compañía de Jesús ha determinado la dimisión del estado clerical y la expulsión de Jaime Guzmán Astaburuaga", informaron los jesuitas a través de un comunicado.
Asimismo, señalaron que todas las denuncias y antecedentes del exsacerdote chileno fueron enviadas a la Congregación para la Doctrina de la Fe, órgano del Vaticano que fiscaliza la aplicación de la doctrina católica en la iglesia.
"Agradecemos su valentía para entregar sus testimonios, que resultaron vitales para esclarecer los hechos y sancionar de acuerdo a la gravedad de estos", dijo la congregación.
Esta expulsión se suma a una sanción canónica de la que ya había sido objeto Guzmán en 2012, cuando el Vaticano le prohibió ejercer públicamente el ministerio sacerdotal y tener contacto con menores por las denuncias de abuso sexual.
Guzmán es un exsacerdote de clase acomodada que estudió teología en Argentina y Estados Unidos, y trabajó durante las décadas de 1980 y 1990 en colegios jesuitas, como docente y guía espiritual de los niños.
En esa época los abusos sexuales prescribían a los 10 años, por lo que todos los delitos de Guzmán ya no pueden ser llevados ante la justicia.