"El Gobierno decidió por ahora no firmar la convención y en vez de ello actuar en calidad de observador", dijo Wallstrom ante la prensa.
La jefa de la diplomacia sueca enfatizó que su país considera la proliferación de las armas nucleares como una de las amenazas para el mundo, por tanto se esforzará para eliminarla.
El acuerdo estipula que cada parte se compromete a nunca y bajo ninguna circunstancia desarrollar, ensayar, producir, fabricar, adquirir de cualquier otro modo, poseer o almacenar armas nucleares u otros dispositivos explosivos nucleares.
Ninguna de las potencias nucleares, incluyendo el quinteto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Rusia, el Reino Unido, China, EEUU y Francia) participó en la redacción del acuerdo.
La Cancillería rusa se expresó en contra de la firma de este tratado, puesto que no responde los intereses de la nación y puede conducir a una violación del Tratado de No Proliferación Nuclear que entró en vigor en 1970.