Dos días después del lanzamiento del programa, se realizaron las primeras 50 intervenciones, y desde entonces, los Gobiernos de Cuba y Venezuela han insistido en difundir este proyecto humanitario que tiene como objetivo preservar y devolver la visión de forma gratuita a millones de enfermos latinoamericanos y caribeños sin recursos económicos.
El pacto se conoce como Convenio de Sandino y surgió en el contexto de formación de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA). A 15 años de este acontecimiento, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, celebró en Twitter otro aniversario del programa que "ha ofrecido salud visual a los pueblos más necesitados".
La idea era que médicos y técnicos cubanos, con el apoyo de equipos y la tecnología oftalmológica más avanzada, pudieran operar a cerca de un millón de personas en distintos países de América Latina.
En Venezuela, la Misión Milagro ha dotado de insumos y equipos de alta tecnología a más de 20 hospitales a fin de garantizar la atención gratuita y de calidad a pacientes con enfermedades visuales, destaca TeleSur.
Mientras en Uruguay, los oftalmólogos cubanos realizan más de 4.500 operaciones de ojos cada año, entre cataratas y pterigión, dos de las enfermedades que provocan mayor ceguera en pacientes de la tercera edad.
La prevención de la ceguera es uno de los indicadores de desarrollo humano y calidad de vida reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque en Latinoamérica han existido diferentes programas dirigidos a prevenir esta condición, la Misión Milagro ha sido el más abarcador de todos y se ha mantenido al alcance de los más necesitados.