En septiembre de 1939 la URSS trasladó sus tropas a las zonas orientales de Polonia (actuales Bielorrusia occidental y Ucrania occidental), que de acuerdo con el Tratado de no Agresión se consideraban áreas del interés de la Unión Soviética.
"Sin el Tratado, en 1941 las tropas alemanas no habrían tenido que recorrer centenares de kilómetros combatiendo en Bielorrusia y Ucrania occidentales, habrían comenzado la ofensiva desde unas posiciones mucho más beneficiosas y habrían alcanzado Moscú y Leningrado mucho más rápido", dijo Ivanov.
El también representante especial del Kremlin para las cuestiones de medio ambiente, ecología y transporte, se mostró convencido de que sin el Tratado de No Agresión "las posibilidades de retener Leningrado habrían sido escasas".
Ivanov señaló que los comunistas de todo el mundo cuestionaron el Tratado, aunque la mayoría "entendía que el acuerdo con Alemania fue un paso obligatorio".
"Alemania fue un Estado nazi con ideología antihumana y planes agresivos, no cabían dudas de que el Tratado fue una maniobra temporal, sobre todo lo entendían los militares", agregó.
Negociaciones de alianza soviético-franco-británica
Asimismo, Ivanov subrayó que la Unión Soviética, Francia y el Reino Unido no consiguieron crear una alianza militar contra la Alemania nazi, en las negociaciones de Moscú en 1939, debido a la postura antisoviética de Polonia.
Recordó que la URSS podía atacar Alemania solo a través del territorio polaco, pero "Polonia, igual que otros países bálticos, declaró en varias ocasiones a través de sus diplomáticos que no permitiría pisar su tierra a ningún soldado soviético".
"La postura poco constructiva de estos países y un antisovietismo irracional de la élite polaca hicieron inútiles las negociaciones sobre la firma de un convenio militar para crear una nueva Entente, como en la Primera Guerra Mundial, entre la URSS, Francia e Inglaterra", dijo.
El ahora enviado especial del Kremlin, agregó que solo durante las negociaciones de Moscú en agosto de 1939 "quedó claro que no se podría firmar nada más que una declaración de intención y que Polonia no aceptaría recibir la ayuda soviética".
"Entonces el Kremlin optó por contactos con Berlín", resumió Ivanov al referirse al Tratado de No Agresión entre la URSS y la Alemania nazi de aquel mismo año.
'Chernobyl' y 'Kursk'
Según la opinión del exministro ruso, no tiene sentido crear una película rusa solo con el fin de responder a las "antirrusas" serie 'Chernobyl' y la cinta 'Kursk'.
"Crear un producto cinematográfico caro solo para pinchar a alguien en Occidente es un objetivo injustificado", dijo, preguntado si Rusia debe crear una película sobre los Acuerdos de Múnich de 1938 en respuesta a 'Chernobyl' y 'Kursk'.
A la vez el también representante especial de la presidencia rusa no excluyó la posibilidad de producir esa película "si se consigue escribir un guion bueno sobre los Acuerdos de Múnich de 1938".
"La demanda de estos filmes entre las audiencias occidentales permite recuperar los recursos gastados en su producción gracias a una distribución amplia", indicó.
La miniserie 'Chernobyl', coproducida por los canales HBO estadounidense y Sky británico, se estrenó a inicios de mayo pasado y consiguió convertirse en la serie mejor valorada en la base de datos en línea Internet Movie Database (IMDB).
Esta serie narra el accidente nuclear que se produjo en la planta en 1986 y los heroicos esfuerzos emprendidos para paliar sus consecuencias.
La película 'Kursk' describe la tragedia ocurrida en Rusia en 2000, cuando un submarino nuclear ruso 2000 K-141 se hundió debido a un accidente durante unas maniobras provocando la muerte de los 118 tripulantes.
El filme se estrenó en 2018, mientras en Rusia se proyecta desde el sábado pasado.