"Desafortunadamente, una vez más tenemos que constatar que los socios occidentales de Ucrania, en vez de hacerla entrar en razón y motivarla a implementar los acuerdos alcanzados en Minsk, de hecho están empujando a Kiev para que continúe con la política fracasada del anterior régimen de Poroshenko, quien no ocultó sus planes de resolver el problema de Donbás por fuerza", dice un comunicado del ente diplomático.
Al mismo tiempo, la entidad rusa saludó la separación de las partes en conflicto cerca del poblado Stanitsa Lugánskaya, situado en Donbás.
"Este acontecimiento confirmó claramente que, si lo desea, Kiev puede cumplir con sus obligaciones en el marco del proceso de solución del conflicto", subrayó la Cancillería.
El pasado 26 de junio las milicias de Lugansk y los militares ucranianos anunciaron la retirada de las fuerzas armadas de la zona de Stanitsa Lugánskaya en Donbás.
Desde abril de 2014, Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en el este de su territorio —Donbás— donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo balance la ONU estima en unos 13.000 muertos.
El Grupo de Contacto Trilateral (Rusia, Ucrania y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) es junto con el cuarteto de Normandía (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania) la principal plataforma de consultas que busca resolver el conflicto entre el Gobierno ucraniano y las milicias de Donbás.