Hasta ahora hubo que lamentar 20 asesinatos a periodistas en 12 países desde el 1 de enero hasta el 30 de abril. El año pasado en el mismo período se registraron 46. La actual es la cifra más baja desde 2006, advierte la Campaña Emblema de Prensa (PEC, por sus siglas en inglés).
"Países donde se daba el mismo fenómeno que en México, como Colombia o Brasil, mejoraron sus sistemas de justicia y redujeron la impunidad. Lo mismo ocurrió como sus modelos de prevención y protección a trabajadores de prensa", dijo a Sputnik Roberto Rock, presidente de la Comisión de Libertad de Expresión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
"En México, en cambio, la fórmula es al revés: no se cumplen los protocolos internacionales básicos para que esto no suceda", aseveró.
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El crimen más reciente ocurrió el 2 de mayo, cuando Telésforo Santiago, fundador y locutor de la radio comunitaria Estéreo Cafetal, fue emboscado y acribillado en su vehículo en el municipio de San Agustín Loxicha, Oaxaca.
Para Rock, la situación ocurre por la existencia de fallas en tres niveles: el Estado federal, los Gobiernos estatales y las empresas de medios de comunicación.
"La autoridad central se encuentra rebasada a la hora de dar protección adecuada, las locales voltean hacia otro lado cuando hay periodistas amenazados; y los medios no otorgan condiciones laborales elementales y no evitan los roces de sus trabajadores con el crimen organizado", explicó.
- Gobierno federal: el umbral de compromiso con el tema es menor al debido. En el mandato de Enrique Peña Nieto (2012-2018) la seguridad fue concedida a una empresa privada que escatimaba recursos, opinó Rock.
- Medios de comunicación: demuestran incapacidad para colocar el asunto en la agenda pública para presionar a las autoridades. Las amenazas logran su objetivo cuando la prensa realiza autocensura y el medio decide dejar de cubrir asuntos de seguridad pública y violencia criminal, detalló.
- Falencia organizativa: otro problema es que la prensa está muy mal organizada en México, no hay sindicatos ni asociaciones de periódicos como ocurre en buen aprte de la región, como en Perú, Colombia, Ecuador, Brasil o Argentina, donde estas organizaciones son muy fuertes, indicó.
La mayor parte de los periodistas asesinados en México se concentra en reporteros que cubren asuntos de seguridad pública. “Cuando hay amenazas o ataques muchas empresas se hacen las disimuladas”, agregó.
"Si los periodistas cubren temas relacionados con la corrupción de las autoridades o con el crimen organizado, padecen intimidaciones, agresiones, pueden ser asesinados a sangre fría", incide la organización.
Por su parte el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), señala que el 83% de los casos ocurridos desde 1992 quedan impunes.
"Veracruz es el estado donde más se registran asesinatos a periodistas en los últimos años. Hay una mezcla perversa de negligencia por parte de la autoridad, de desdén por el tema, de complicidad por parte del cuerpo policíaco con el delito organizado y un contexto violencia que rebasa las estructuras de contención", concluyó.