A pesar de que los funcionarios públicos se han empeñado en negarlo, las pistolas Taser aprobadas por el Gobierno argentino pueden ser letales, asegura una publicación de Página/12.
De hecho, el informe de CELS niega la idea de que las pistolas Taser aprobadas para los efectivos argentinos sean "un medio intermedio" para el uso de la fuerza.
De acuerdo con Página/12, el propio fabricante de Taser advierte sobre los severos daños que puede llegar a causar este tipo de armas electrónicas. La compañía texana reconoce el peligro que implica la utilización de las 300 pistolas "no letales" que adquirió el Ministerio de Seguridad hace cinco meses.
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Este tipo de riesgos obligó a Taser a enfrentar un centenar de juicios por la pistola eléctrica que distribuye para fuerzas de seguridad en todo el mundo, aunque las advertencias en su guía de usuario la libraron de los procesos judiciales.
La guía para usuarios del arma sostiene que someter a una persona a 15 segundos de descargas produce el mismo efecto físico que haber sido estrangulado o haberse trabado en lucha. También advierte que esos efectos psicológicos y metabólicos "aumentan el riesgo de morir o de un daño severo".
Las personas con enfermedades preexistentes son más propensas a sufrir heridas y menciona como población de riesgo a embarazadas, personas con osteoporosis, o que han sufrido operaciones, niños, o personas de contextura pequeña.
Además, el manual indica que el daño puede ser mayor si la persona reacciona intentando hacer un movimiento rápido al momento de recibir la descarga eléctrica, lo que puede ser una respuesta incondicionada.
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En muchos países la pistola Taser es conocida como "instrumento de tortura" por el uso arbitrario que realizan las fuerzas en las calles y sus efectos secundarios.
La guía de usuario también describe daños que pudieran ser permanentes como epilepsia (si se dispara apuntando la cabeza), colapso en el sistema nervioso periférico que controla la movilidad con efectos no deseados, estrés acompañado de dolor y temblores, así como pánico, y hasta cambios en el metabolismo.
La versión conocida como X26 utiliza dos dardos conductores lanzados a una distancia de hasta 11 metros y transmite una señal eléctrica que ataca al sistema nervioso periférico, afectando la movilidad y el equilibrio.
El fabricante admite que los dardos pueden atravesar varias capas de ropa así como también penetrar hasta una pulgada dentro de la piel. No obstante, el manual de Taser destaca que el sujeto, al resistirse a la autoridad, "ya está poniendo en riesgo su vida".
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