El legado de Evita se mantiene patente aún hoy. Su icónica imagen en la fachada del Ministerio de Obras Públicas en pleno Buenos Aires, el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón, el Museo Evita y variedad de monumentos en todo el país, son testigo de que los argentinos la mantienen en el recuerdo.
En efecto, el sector original de la ciudad ilustra casi a la perfección la silueta de Evita, con su tradicional rodete y el perfil de su rostro. Incluso, podría identificarse uno de sus brazos extendidos, como cuando se dirigía efusivamente a sus 'descamisados', término que popularizó para reivindicar a los trabajadores que la apoyaban.
Por supuesto, la silueta de Evita no es casualidad. La ciudad comenzó a construirse en 1947, cuando el entonces presidente Juan Domingo Perón firmó el decreto que expropió las tierras para la construcción de 15.000 viviendas destinadas a 'viviendas sociales' para trabajadores. De todos modos, hasta 1955 solo se habían llegado a construir 5.000 casas.
La época de la fundación de la ciudad coincide también con los últimos años de vida de Evita. Desde 1946, la entonces primera dama sufría desmayos y su salud se deterioraba. Finalmente fue diagnosticada con cáncer de cuello de útero y, a pesar de haber sido tratada por los mejores médicos internacionales, falleció el 26 de julio de 1952, con 33 años.
El comunicado oficial que informó la muerte de Eva Perón la recordó como la 'jefa espiritual de la Nación'. Así, Eva Perón nunca llegó a ver el desarrollo de la ciudad que llevaba su nombre y la localidad se concibió, más bien, casi como un homenaje póstumo por parte de Juan Domingo Perón.
La cultura popular argentina también recoge que la intención de Perón era aprovechar la cercanía de la localidad con el aeropuerto internacional de Ezeiza para que la silueta de Eva Perón fuera vista con claridad desde el aire.
El proyecto de urbanización también incluyó la instalación de todos los servicios públicos, además de bibliotecas, centros deportivos y templos católicos.
La ciudad retomó en la década del 70 la denominación de 'Evita' pero las sucesivas dictaduras volvieron a renombrarla General Belgrano primero y Ciudad General Martín Miguel de Güemes a partir de 1977. El nombre original se volvería definitivo en 1983, con el regreso a la democracia.
Las dictaduras, de marcado perfil antiperonista, abortaron los planes de Perón y Evita para la ciudad. Una investigación de la Universidad Nacional de La Matanza (en el municipio donde se sitúa Ciudad Evita) recoge que los militares expulsaron de la ciudad a los militantes peronistas y entregaron viviendas a integrantes del Servicio de Inteligencia.
La normalidad regresó con el retorno a la democracia. También los reconocimientos, ya que desde 1997 es un "lugar histórico nacional" de Argentina, de acuerdo a un decreto presidencial que reconocía a la ciudad por ser el "testimonio urbano más relevante de la producción arquitectónica del período 1945-1955".
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El decreto también reconoce a la ciudad por haber sido concebida para "dar solución al problema de la vivienda popular originado por la masiva migración de las corrientes internas que se afincaron en la Capital Federal y el conurbano bonaerense y a la explosiva mano de obra industrial que se dio en el área a partir de la década del cuarenta".
Actualmente, Ciudad Evita tiene más de 68.000 habitantes e integra el partido de La Matanza, que tradicionalmente se ha mantenido cercano al peronismo, a pesar de que la provincia de Buenos Aires es gobernada por la macrista María Eugenia Vidal. Con una población estimada de 2,1 millones de personas, esta municipalidad es considerada en la prensa como la 'quinta provincia' de Argentina, pues supera en población a otras cuatro unidades federativas del país.
De todos modos, la localidad no será sede de los eventos oficiales en conmemoración de los 100 años del nacimiento de Eva Perón, que se centrarán en la localidad de Los Toldos, donde nació.