El acuerdo, que entró en vigor a las 4:30 horas, fue anunciado por las milicias palestinas.
Israel no hizo ningún anuncio pero las autoridades retiraron todas las medidas de seguridad adoptadas en los últimos dos días para proteger a la población de las localidades próximas a la Franja.
Más de 650 cohetes y granadas de mortero se lanzaron contra Israel desde el 4 de mayo, mientras que el ejército israelí bombardeó 320 objetivos en la Franja.
En Israel, entre los partidos de la derecha y de la extrema derecha, existe un descontento manifiesto por el resultado de los dos días de enfrentamiento.
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Un líder del Likud, Gideon Saar, dijo que "la batalla con Hamás no se acabó sino que se aplazó".
Otro líder de la derecha radical, Bezalel Smotrich, comentó que Israel tenía que haber matado más de 700 terroristas palestinos, "uno por cada cohete disparado contra Israel".
"Para librarnos de Hamás, hemos de conquistar Gaza", advirtió el ministro de Energía saliente, Yuval Steinitz, del Likud, el partido del primer ministro Benjamín Netanyahu.
En el lado palestino también se vuelve a la rutina aunque será preciso que transcurra mucho tiempo para reconstruir lo destruido en los bombardeos israelíes.
Wizam Zogby, responsable del Frente Democrático para la Liberación de Palestina en Gaza, declaró que la calma solo se mantendrá si Israel deja de agredir a la Franja y levanta el bloqueo que ejerce sobre la Franja desde 2007.