El buque ARA General Belgrano se encontraba a tan solo 100 millas de la Isla de los Estados, y aún por fuera de la 'Zona de Exclusión Total' dispuesta por Reino Unido, cuando fue alcanzado por el primer torpedo lanzado por el submarino británico HMS Conqueror, sobre las 16 horas del domingo 2 de mayo de 1982.
La misión del Belgrano, comandando por el capitán de navío Héctor Bonzo, era acercarse a la zona de exclusión y neutralizar unidades británicas en caso de toparse con ellas. Precisamente, los artilleros de guardia sobre las 16:01 del 2 de mayo buscaban posibles naves enemigas en el horizonte cuando sintieron el primer impacto.
El primer torpedo británico impactó en la zona del comedor. En los minutos siguientes, el buque argentino perdió la electricidad y las explosiones habían provocado roturas que dificultaban la asistencia a los que ya se encontraban heridos.
De hecho, se estima que el primer torpedo produjo la muerte de 274 tripulantes, entre los que murieron en el acto y los que fallecieron en los minutos siguientes por las heridas o la hipotermia. En total, el ataque provocaría la muerte de 323 argentinos.
El segundo torpedo dio en la proa y comenzó a inclinar el barco. Los tripulantes atendieron heroicamente a los heridos y se aprestaron a encontrarse en la zona definida para abandonar la embarcación, que tenía 72 balsas salvavidas.
Para Ernesto Alonso, del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (Cecim), el hundimiento del buque fue "uno de los hechos más trágicos de la Guerra de Malvinas" y marcó "el punto de inflexión entre una posible salida pacífica y el avance del conflicto".
Al cumplirse 37 años del hundimiento, Alonso dijo a Sputnik que el ataque del submarino británico "dinamitó todos los puentes" hacia una salida no violenta que pudiera haber en el momento y respondió únicamente al "interés político" de la entonces primera ministra británica Margaret Thatcher.
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Alonso recordó que el Belgrano era un buque "de la Segunda Guerra Mundial" —había sido adquirido por Argentina a EEUU, que lo utilizó hasta 1946 bajo el nombre de 'USS Phoenix'— con un poder destructivo relativo en relación al submarino nuclear enviado por Gran Bretaña y que "prácticamente cazó" a la nave de bandera argentina.
Para el veterano de Malvinas, no quedan dudas de que la acción británica fue "totalmente desproporcionada", al utilizar tres torpedos contra el buque, que estaba fuera de la zona de exclusión dispuesta por los británicos y navegando "en dirección opuesta" a las Islas Malvinas.
"Por eso se planteó enmarcarlo dentro de un crimen de guerra, porque fue fuera de la zona donde se estaban llevando adelante los hechos beligerantes y navegando en sentido distinto a las Malvinas", sostuvo el excombatiente.
Alonso remarcó la importancia de "mantener viva la memoria" en torno a la Guerra de las Malvinas, también "tomando distancia de la decisión que tomó la dictadura militar (1976-1983)" de intentar recuperar las islas a través de un conflicto bélico.
Para Alonso, se trató de un "grandísimo error" que alejó aún más a Argentina de la recuperación de las islas y le vino "como anillo al dedo" a los intereses británicos sobre el Atlántico Sur.
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"Se trata de una de las disputas a nivel mundial más grandes en cuanto a cantidad de kilómetros cuadrados que nos han usurpado", sostuvo, en relación a la superficie total de 3 millones de kilómetros cuadrados conformada por las Islas Malvinas, Sándwich del Sur y Georgias del Sur y sus zonas económicas aledañas, además de todos los minerales y recursos naturales de la zona.
Para el veterano de Malvinas, "la única posibilidad es la política y el diálogo tendientes a la descolonización". Sin embargo, cuestionó el "doble estándar" aplicado por el Reino Unido en Naciones Unidas, que "cuando las resoluciones le son desfavorables no las acata".